La situación económica de los comerciantes en Río Grande enfrenta un nuevo desafío con el inminente aumento tarifario en el servicio de gas, un incremento que, según advierten los representantes del sector, podría generar consecuencias graves en una actividad que ya viene registrando una caída en las ventas durante el año.
José Luis Iglesias, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Río Grande, expresó en ((La 97)) Radio Fueguina su preocupación por este panorama que, de concretarse, impactará de manera directa en el comercio local.
Iglesias subrayó que, aunque los usuarios residenciales podrían contar con subsidios para atenuar el impacto de la suba, las categorías comerciales estarían excluidas de estos beneficios debido a las características de su consumo. «Estamos a la expectativa de la certeza que se vence el 4 de septiembre, plazo que ya es para las viviendas, las categorías de comercial ya estarían fuera por las características que tenemos nosotros de consumo, de poder acceder a subsidio, a menos que tenga una actividad específica que lo amerite, pongamos establecimiento educativo o alguna otra circunstancia, y que hayan hecho los trámites pertinentes. En el resto del comercio y la actividad privada, para ser más simple el tema, va a tener una repercusión bastante importante en la facturación», afirmó.
El impacto de la suba del gas podría ser particularmente severo para aquellos comercios que dependen del gas como insumo básico. Iglesias señaló que algunos establecimientos podrían enfrentar serias dificultades para continuar operando bajo estos costos. «Posiblemente muchas actividades no van a poder seguir desarrollando con estos costos. Es lógico que vamos a tener una temporada más benigna en cuanto a la temperatura, se supone, en septiembre, octubre, noviembre en adelante, pero la facturación que venga del mes de abril va a ser significativamente importante si no hay, por parte de, supongamos, la provincia, alguna actuación o alguna otra conclusión que se haya sacado con referencia a destinar una parte de algún subsidio para morigerar la carga del impacto tarifario», destacó el dirigente.
El presidente de la Cámara de Comercio también hizo hincapié en la necesidad de una planificación adecuada para enfrentar este tipo de situaciones, sugiriendo que la ausencia de una estrategia podría generar un desfasaje que perjudicaría aún más al sector. «La Comisión Directiva o la gente común que uno trata, ve como un desfasaje en el manejo de todo esto, en los tiempos, o sea, le creas una problemática nueva o distinta donde tiene que ver, ojalá que no sea así, que dependemos del destino y no de la planificación, esto es lo que uno observa, como por emergente de esto no pueda haber otra relación, como con lo que es la energía eléctrica», explicó Iglesias.
Además, el dirigente cuestionó el enfoque que prioriza los aspectos económicos sobre las necesidades de las personas, advirtiendo que las medidas que se tomen deberían contemplar tanto el desarrollo económico como el bienestar social. «Uno tiene que pensar que con toda la reactivación que ve de muchos sectores, se va a dar. Ahora, el derrame de esa actividad, verlo en la jornada y en la persona que no encuentra trabajo o que se quedó sin trabajo, ver cómo se reinserta y qué hace con su vida. Este impacto social queda tapado con números y análisis de composiciones. En el mientras tanto está la vida de las personas», reflexionó.
La incertidumbre sobre el futuro económico del sector comercial en Río Grande se suma a un año ya complicado para muchos empresarios locales. José Luis Iglesias fue enfático al subrayar que, sin rentabilidad, los negocios no pueden sobrevivir, y la falta de medidas concretas para enfrentar este tipo de aumentos tarifarios podría llevar al cierre de muchos establecimientos. «Esperemos que no sea así eso, pero, cuando se habla de economía o de números grandes, no puede haber ideología, porque evidentemente vos tenés con los datos concretos que recabas, haces tu análisis y esto pasa por otro lado. Cuando no cierran los negocios, porque no tienen rentabilidad, ya no hay negocio, después vos pones la fecha que quieras cuando cierra, pero ya no hay negocio», concluyó.
Mientras el 4 de septiembre se acerca, la preocupación entre los comerciantes de Río Grande crece, y las expectativas están puestas en la posibilidad de que se implementen medidas que alivien el impacto de la suba del gas en un sector que sigue luchando por mantenerse a flote en medio de un panorama económico adverso.
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