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Más de 500 afectados

Textiles se debaten entre la incertidumbre y la desesperanza

A raíz de la exclusión del sub régimen de promoción industrial de cuatro empresas, por decisión del gobierno nacional, trabajadore se reúnen con el gobernador para evaluar la dramática situación, que los pone al borde del desempleo.

La industria textil de Tierra del Fuego se enfrenta a una situación sumamente crítica tras la exclusión de cuatro empresas del sub régimen de promoción industrial, una medida implementada por el gobierno nacional. Más de 500 trabajadores se encuentran en vilo, sin vislumbrar una solución clara, mientras que la incertidumbre crece ante la posibilidad de despidos masivos y una crisis económica aún más profunda en el sector.

Diego Abrego, delegado de Fabrisur, una de las empresas afectadas por la decisión gubernamental, describió en ((La 97)) Radio Fueguina el panorama como desolador. «Nos levantamos con esa noticia, estamos con una preocupación terrible, la preocupación de los compañeros es demasiado. Están en problemas también Australtex, Barplas y Sueño Fueguino», señaló Abrego, mientras se dirigía a una reunión urgente con el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella. La reunión, a la que asistirán representantes de los gremios involucrados, busca delinear estrategias para enfrentar las consecuencias de esta medida.

Abrego también recordó que, en medio de este panorama sombrío, los trabajadores ya habían comenzado a tomar acciones ante el deterioro de sus condiciones laborales. «Nosotros habíamos llevado a cabo una medida por el tema de la producción de tintorería que hace cuatro años que no se venía pagando», explicó el delegado. Frente a la falta de respuestas, los trabajadores decidieron realizar asambleas informativas y una protesta de una hora en Australtex. Sin embargo, esta medida fue suspendida temporalmente a la espera de la resolución del conflicto.

«Hoy más que pelear una producción, me parece que estamos a punto de pelear los puestos de trabajo nuevamente, como en el 2023», advirtió Abregú, haciendo referencia a una lucha similar que enfrentaron el año pasado.

La incertidumbre es palpable, y la información disponible, escasa. «Nosotros no tenemos más de lo que se está viendo en las noticias. Lo único que sabemos es que Karina Fernández y Sonia Castiglione están en reunión ahora justamente en Buenos Aires», expresó Abrego, quien también mencionó la creciente preocupación entre los empresarios locales. Según él, muchos se enteraron de la medida durante el fin de semana y esperan obtener más detalles en los próximos días. «La novedad la tiene Gustavo y nos va a saber explicar realmente de qué se trata esto, así que vamos a esperar», agregó con cautela.

El temor de los trabajadores textiles no es infundado. Las memorias del conflicto de 2021, cuando las empresas fueron excluidas por primera vez del sub régimen de promoción, aún están frescas en la mente de todos. Si bien en 2023 lograron ser reincorporados, la desconfianza hacia el nuevo gobierno nacional es evidente. «La vez que nosotros fuimos en el 2023 junto a los textiles unidos y toda la lucha que tuvimos desde el 2021 que nos dejaron afuera hasta el 2023, que por una resolución nos volvieron a incluir, desde ese momento seguramente se podía con el gobierno anterior. Ahora, con este gobierno tan estricto me parece que no va a haber ningún tipo de acuerdo, ese es el temor que tenemos, porque no son los mismos», explicó Abregú, reflejando la sensación de que las condiciones políticas actuales no favorecen un acuerdo.

La crisis del sector textil no solo afecta directamente a los trabajadores, sino que también refleja una problemática económica más amplia. «Hoy la gente prefiere comer que vestirse, es bastante complicado, las ventas bajaron, tras de eso vienen los despidos, las suspensiones, problemas en la obra social. Es complejo», señaló, evidenciando el impacto de la recesión en las ventas y, en consecuencia, en la estabilidad laboral.

Además, la situación en otras fábricas de la provincia no es alentadora. Diego Abrego mencionó la situación de Hilandería Fueguina en Ushuaia, donde los trabajadores continúan activos, pero con una capacidad de producción reducida. «Ellos están trabajando, están cobrando, no están trabajando al 100%, sino al 30% como todos», detalló finalmente, y anunció que se realizará una asamblea para evaluar la situación en esta planta.

El escenario para los trabajadores textiles de Tierra del Fuego es preocupante, y el futuro sigue siendo incierto. Mientras esperan que las negociaciones entre los empresarios, los gremios y el gobierno nacional puedan ofrecer una salida a esta crisis, más de 500 empleados viven con la amenaza de perder sus puestos de trabajo en un contexto económico cada vez más adverso.

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