La Escuela Integral Privada de Educación Integral Marina (EPEIM) es el escenario de una iniciativa que ha llevado a un grupo de jóvenes a destacarse a nivel nacional. Su proyecto de producción de mermeladas artesanales, conocido como «Patagón Dulce», fue seleccionado entre los cuatro mejores a nivel país.
Con un enfoque en las frutas de la región, estos estudiantes han logrado crear un emprendimiento que combina creatividad, trabajo en equipo y un profundo respeto por los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
El equipo, formado por alrededor de 15 alumnos, ha estado trabajando arduamente, dedicando tiempo después de la escuela para llevar su producto desde la idea inicial hasta la realidad.
«Nosotros trabajamos en conjunto con la organización Junior de Buenos Aires, quienes nos motivan a seguir un emprendimiento desde cero», comentaron los participantes en diálogo con (La 97) Radio Fueguina.
En el desarrollo del proyecto, los estudiantes han dividido las tareas en cinco áreas clave: producción, marketing, finanzas y dirección general. Este acercamiento les ha permitido abordar el emprendimiento de manera integral, priorizando la organización y la eficiencia en cada etapa del proceso.
Uno de los objetivos fundamentales del proyecto es aportar a la agenda de la salud y el bienestar. «Principalmente nos basamos en los objetivos de la ONU, eligiendo hambre cero y salud y bienestar. Queremos transmitir el cuidado de la salud tanto a jóvenes como a adultos», explicaron.
El proceso de desarrollo del producto no ha estado exento de desafíos. «Primero tuvimos que pensar en el producto como tal, y luego hicimos muchas pruebas para lograr una receta que nos conformara. Probar diferentes sabores y cantidades se volvió esencial para el éxito de la mermelada», relataron los estudiantes. Este proceso creativo les ha permitido experimentar con una variedad de frutas, obteniendo muy buenos resultados y feedback de la comunidad.
Desde el punto de vista financiero, los jóvenes han aprendido a gestionar los recursos de forma eficiente. «Comenzamos calculando las acciones necesarias para el producto y midiendo las ganancias y gastos. El proceso no es costoso, y las ganancias nos han permitido recuperar lo invertido y seguir creciendo», contaron con entusiasmo.
Además de los aspectos prácticos, los estudiantes resaltan la importancia de adquirir aprendizajes valiosos. «El objetivo es quedarnos con el aprendizaje y crecer como personas. Queremos transmitir la esencia de nuestra provincia, Patagónica, que no es tan reconocida», afirmaron. El deseo de compartir el sabor local y hacer que otros conozcan la riqueza de Tierra del Fuego es un motor que impulsa su dedicación.
Los resultados del proyecto han sido positivos, y la respuesta de la comunidad ha superado las expectativas. “Trabajamos con frutos rojos, frutilla, durazno, membrillo y pera. La gente nos busca, contribuye, prueba y nos ayuda a difundir el proyecto”, comentaron orgullosamente los estudiantes. Para seguir su evolución, invitan a todos a encontrarlos en sus redes sociales bajo el nombre @patagondulce.rg.
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