En el marco del segmento “Chicos que crecen” de la ((La 97)) Radio Fueguina, tuvimos la oportunidad de conocer la historia de vida de Federico Giménez, un vecino de Río Grande que ha dedicado su vida al servicio público, logrando ser presidente del partido FORJA en su ciudad y secretario de Representación Política del Gobierno. Es licenciado en Seguridad e Higiene, egresado de la Universidad Tecnológica Nacional.
El relato de Federico es el reflejo de un joven que, pese a su humilde origen, siempre soñó en grande. Desde sus primeros pasos en la educación, recuerda con nostalgia su paso por la Escuela 26, donde comenzó su vida escolar debido a que en ese momento estaba en construcción la Escuela 32. “Fui parte de la primera promoción de egresados de la escuela 32. Recuerdo esos tiempos con cariño”, comparte Giménez, quien también vivió momentos importantes en su formación en el Jardín de Infantes N° 5 y el Polivalente, donde se especializó en arte y diseño, durante la secundaria.
Sin embargo, aunque soñaba con estudiar en el norte del país, las restricciones económicas de su familia marcaron su camino. “Vengo de una familia muy humilde y trabajadora. No tuve la posibilidad de viajar para estudiar, pero gracias a la Universidad Nacional, tuve otra oportunidad”, explica. Su primera titulación fue como técnico en Seguridad e Higiene, un logro posible gracias a una iniciativa entre el municipio de Río Grande y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
La vida laboral de Federico comenzó a los 18 años, al poco tiempo de terminar la secundaria. “Empecé a trabajar en el auge de las electrónicas para ayudar a mi familia. Pasé por diversas experiencias, algunas desafiantes, como un episodio de maltrato laboral que me hizo replantear mis objetivos”, recuerda.
Fue en este momento crítico que decidió reorientar su vida hacia el estudio. Con determinación, se inscribió en la UTN, donde se presentó junto a otros 120 aspirantes, de los cuales solo 60 lograron pasar el curso de ingreso. “Fue un grupo maravilloso que se convirtió en un fuerte lazo de contención”, añade.
A pesar de sus obligaciones laborales, Federico nunca descuidó su educación. “Siempre prioricé el estudio, a veces tomando días para poder rendir mis exámenes. Era un camino difícil, pero muy gratificante”, explica. Durante este tiempo, enfrentó desafíos personales, como su relación con el tabaco. “Hice una promesa a la Difunta Correa. Dejé de fumar el día de mi examen y no volví a hacerlo hasta la pandemia, donde, desafortunadamente, volví a empezar”, confiesa.
Con perseverancia, Federico continuó su camino profesional, renunciando a un empleo en el sector privado para sumarse al municipio. “Acepté un salario más bajo, pero sabía que estaba construyendo una carrera dentro del Estado, algo que realmente me apasionaba”, señala. Su esfuerzo y dedicación lo llevaron a completar su licenciatura, marcando un hito importante en su vida.
Entre otras cosas, mencionó como lo marcó el maltrato laboral que recibió en su juventud durante su primer trabajo. “Tuve algunas malas experiencias que justo me encontré con una persona que estaba encargada mía y que sufrí maltrato laboral, y ahí como que repensé mucho lo que realmente quiero para mí y ahí vi las inscripciones para la UTN y supe que tenía que estudiar -señaló el profesional-. Fui a probar, aproximadamente habían como 120 chicos y chicas que estaban haciendo el curso de ingreso, quedamos 60 y ahí continúe en paralelo, obviamente trabajando y estudiando, y la verdad que fue un re lindo grupo, me ayudó muchísimo tener lazos de contención en el estudio”.
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