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Río Grande

Crisis en Barpla: Sigue la incertidumbre y responsabilizan al Gobierno Nacional

Los empleados de la planta textil Barpla de Río Grande enfrentan una grave crisis laboral. Germán Resquin, delegado de los trabajadores textiles, expuso la situación en ((La 97)) Radio Fueguina. La empresa está paralizada y los empleados exigen el pago de indemnizaciones al 100%. Responsabilizan al Gobierno nacional por la falta de definiciones sobre el decreto que extendió la ley 1.9640. Además, se suma el conflicto con los Ejecutivos fueguinos. 

En un contexto de incertidumbre y tensiones políticas, los trabajadores de la planta textil Barpla enfrentan una situación crítica que amenaza su estabilidad laboral y la del sector textil en general. Así lo manifestó Germán Resquin, delegado de los trabajadores, en declaraciones a ((La 97)) Radio Fueguina, donde se refirió a la parálisis operativa que afecta a la empresa y al impacto que esto tiene en la economía local.

Según Resquin, la situación es alarmante: «Hay dos fábricas cerradas y los compañeros de textil Río Grande siguen pidiendo que se les pague la indemnización al 100%». Este reclamo no es simplemente una cuestión de derechos laborales; se trata de una exigencia vital para muchas familias que dependen de estos trabajos.

El delegado enfatizó la necesidad de recuperar los puestos de trabajo y de que Barpla vuelva a producir. «Hoy se ha paralizado totalmente las acreditaciones y dependemos de la política», agregó, recordando la lucha por la ley 19640, que busca garantizar beneficios y estabilidad para la industria fueguina. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos pasados y el éxito de obtener un decreto en el anterior gobierno, la adhesión de las fábricas a este beneficio sigue sin concretarse.

A medida que avanzan las semanas, la situación se vuelve cada vez más desesperante. La planta de Barpla se encuentra «totalmente paralizada, sin acreditaciones, sin garantía, y sin producción». Según Resquin, esto afecta no solo a los 35 a 40 trabajadores directos, sino también a un círculo más amplio que incluye transportistas y proveedores que dependen del funcionamiento de la industria textil.

La falta de acciones efectivas por parte de las autoridades genera desánimo entre los trabajadores. Resquin señala que, a pesar de que algunos funcionarios pueden comunicar una reactivación del sector, «eso es mentira». En realidad, el escenario es mucho más sombrío: «Ya hemos perdido más de 200 puestos en el sector textil y seguimos en pérdidas, cerrando fábricas y viendo cómo se indemniza a personas que han dedicado décadas de trabajo a la industria».

La incertidumbre también afecta especialmente a los trabajadores de larga trayectoria, muchos de ellos con casi 20 años de antigüedad. Resquin denuncia que «hoy el problema central es que el gobierno nacional no dictamina qué va a pasar sobre el decreto y las extensiones para que los textiles vuelvan a retomar su producción».

En un acto de resistencia, los trabajadores han decidido mantener una vigilia frente a la planta, con la esperanza de que el gobierno tome acciones concretas. Recientemente, se llevó a cabo una reunión con funcionarios del Ministerio de Nación para abordar la situación de Barpla. «Se comprometieron en que dentro de 15 a 20 días se buscará una solución, no solo para Barpla, sino para todas las textiles», indicó Resquin, aunque el escepticismo reina entre los trabajadores.

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