Publicado en
Nueva enfermedad

SIBO: El sobrecrecimiento bacteriano intestinal y el aumento del estrés postpandemia

En conversación con el programa «Tarde a Tarde», de ((La 97)) Radio Fueguina, la licenciada en nutrición Natalia Soto abordó el creciente impacto del estrés en la salud intestinal, especialmente en relación con el sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO). 

El sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO) es una condición que se caracteriza por la proliferación excesiva de bacterias en el intestino delgado, donde normalmente la cantidad de microorganismos es mucho menor que en el colon. 

Este desbalance microbiano puede llevar a la fermentación de alimentos en lugares inapropiados, generando una serie de síntomas gastrointestinales que afectan significativamente la calidad de vida del paciente.

Recientemente, se ha observado un incremento notable en los casos de SIBO, especialmente en el contexto post-pandemia. La licenciada en nutrición Natalia Soto, en una entrevista durante el programa radial “Tarde a tarde”, por ((La 97)) Radio Fueguina, señaló que el estrés es un factor crucial en el aumento de esta condición. 

«Hoy en día el SIBO es una enfermedad que está con mucho estudio y hay un montón de tratamientos disponibles», afirmó Soto. La carga emocional y el confinamiento experimentados durante la pandemia han exacerbado problemas gastrointestinales, llevando a una mayor incidencia de este trastorno.

Los síntomas más comunes asociados con SIBO incluyen hinchazón abdominal postprandial, producción excesiva de gases, eructos y, en algunos casos, diarrea. Soto mencionó que, en la actualidad, «de cada 12 pacientes” en sus consultas “uno presenta SIBO».

Para diagnosticar esta condición, se emplea un método conocido como el «test de aire espirado», el cual mide la cantidad de hidrógeno o metano en el aliento después de la ingesta de una mezcla de glucosa, azúcar y agua.

El abordaje terapéutico para el SIBO incluye una variedad de tratamientos y el uso de diferentes cepas de probióticos. Sin embargo, una de las piedras angulares en el manejo de esta condición es la dieta. 

«Hay que realizar una dieta estricta que reduzca los alimentos ricos en azúcares, que son los principales responsables de la fermentación», explicó Soto. Esta dieta puede ser un desafío, pero es esencial para controlar los síntomas y reducir la proliferación bacteriana.

La especialista también destacó que, tras un periodo de tratamiento, los pacientes deben ser cautelosos al reintroducir ciertos alimentos, ya que el SIBO puede volver a manifestarse si no se mantiene una alimentación equilibrada y si se permite una vida activa con baja carga de estrés.

Comentarios