La Fundación Formar, de la iglesia Hay Vida en Jesús, brinda apoyo a pacientes oncológicos y sus familias a través de un grupo de mujeres denominado Puentes de Esperanza . Este grupo realiza talleres para generar un espacio de escucha y acompañamiento, donde se abordan las diversas realidades que enfrentan quienes atraviesan el difícil camino del cáncer.
Marita Rosso, integrante de Puentes de Esperanza, compartió sus reflexiones en el programa “Tarde a tarde” de ((La 97)) Radio Fueguina. Destacó que la iniciativa surgió de una inquietud compartida entre varias hermanas de la iglesia.
«Cuando uno recibe la confirmación por parte de los médicos, hay una difícil realidad que tenemos que enfrentar. Pero, paralelo a eso, también hay que poner manos a la obra en un panorama desconocido, nuevo y ciertamente desafiante», expresó.
Desde su inicio el año pasado, los talleres han abordado temas como la sorpresa, la aceptación y la confianza, cuando lo que Dios hace no tiene sentido, un día a la vez, Dios también es Dios en el invierno, el desierto una gran oportunidad, la paz y la agenda, entre otros.
Cada encuentro, que se realiza los miércoles a las 10 de la mañana y los viernes a las 18 horas, tiene una temática específica que busca ayudar a los participantes a reflexionar sobre su situación. «Cada paciente es único, y aunque hay comunes denominadores, cada caso tiene sus complicaciones y tratamientos», explicó Marita.
Uno de los aspectos más relevantes que se discuten en los talleres es la quimioterapia, un tratamiento que, aunque común, no es el único camino para todos los pacientes. «No todos los pacientes oncológicos pasan por quimioterapia; algunos van directamente a radioterapia o eligen terapias alternativas», aclaró Marita.
El objetivo de Puentes de Esperanza es generar un espacio donde los participantes puedan sentirse escuchados y acompañados. «No siempre la palabra cáncer es una sentencia de muerte», enfatizó Marita, subrayando la necesidad de cambiar la narrativa en torno a la enfermedad.
Los talleres están abiertos a toda la comunidad, sin necesidad de pertenecer a la congregación. «Te esperamos, no importa la edad, si sos joven o anciano, o si sos papá de algún niño que tiene tratamiento oncológico. Venimos con todo nuestro amor», concluyó Marita.
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