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Crisis económica

La angustia de los familiares de empleados de Textil de Río Grande

Después de diez años en la empresa, su esposo enfrenta un futuro incierto y este mes, no cobrará el sueldo. El relató de Antonia en los micrófonos de ((La 97)) Radio Fueguina muestra la dura realidad que viven las familias de los empleados de Textil Río Grande. 

Antonia, familiar de un empleado de la empresa, comentó una situación que afecta no solo a quienes trabajan en la fábrica, sino también a sus familias. En declaraciones exclusivas para ((La 97)) Radio Fueguina, Antonia manifestó su profunda preocupación por la situación de su esposo, que lleva una década trabajando en la firma textil. 

«La situación es bastante crítica porque es como sobrevivir día a día», lamentó, reflejando la angustia que los trabajadores y familias que atraviesan la incertidumbre no saber si regresarán algún día a sus puestos de trabajo. 

La empresa no abona los sueldos de sus empleados en tiempo y forma. A pesar de que anteriormente se les pagaba en montos fraccionados, la noticia de que este mes no recibirían ningún ingreso es un duro golpe. 

«Estamos prácticamente desempleados, pero con trabajo en blanco. Es una ironía, sin recibir nada ni para la luz ni para el gas», señaló.

Antonia expresó su preocupación por las necesidades básicas de su hogar, especialmente porque su esposo es diabético y requiere una alimentación adecuada para manejar su enfermedad.

 «Eso es lo que me tiene más preocupada a mí. Sin poder suplir las necesidades básicas para el tipo de enfermedad que él tiene, hemos tenido que ajustar drásticamente nuestros gastos», confiesa, revelando que han tenido que dar de baja sus tarjetas de crédito para evitar caer en un endeudamiento devastador.

La pareja tuvo que reducir su consumo de frutas y verduras, elementos esenciales en la dieta de su esposo. «Es preocupante porque eso, al ser diabético, acelera todo. Consumimos más hidratos de carbono y carnes, y las proteínas están cada vez más caras”, añadió, haciendo hincapié en que este sacrificio no solo afecta físicamente a su pareja, sino que también la involucra emocionalmente, ya que ella es quien administra las finanzas del hogar.

 «Me doy cuenta que no llegamos y somos solo dos personas; no quiero ni pensar en los que tienen más familia, en los compañeros de mi marido».A la incertidumbre de no cobrar se agrega la presión que sienten algunos trabajadores para optar por retiros voluntarios, algo que Antonia califica como «pan para hoy, hambre para mañana».
«Con la edad que él tiene es muy difícil que lo vayan a tomar en otro trabajo y terminas siendo un desocupado más. Con todos los gastos que hay, no te alcanza ni para hacer tu pequeña gran empresa», advirtió.

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