cubo rubik
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Polos Creativos 

El arte del cubo Rubik atrapa a los niños y jóvenes a través de un taller innovador 

El taller donde jóvenes de la comunidad se reúnen para aprender y perfeccionar sus habilidades en la resolución del cubo Rubik funciona bajo la guía del profesor Santiago Martí. En una  entrevista por ((La 97)) Radio Fueguina, el docente señaló que este espacio fomenta tanto el aprendizaje lógico como la creación de lazos de amistad.

El cubo Rubik es una forma fascinante de aprender sobre algoritmos y pensamiento lógico. Bajo la dirección del profesor Santiago Martí, los chicos participan en un taller que se ha transformado en un espacio de aprendizaje y amistad, fomentando habilidades que van más allá del simple acto de armar un cubo.

Se lleva a cabo todos los sábados en el Polo Creativo, siendo que comenzó como una iniciativa para introducir a los jóvenes en conceptos de programación de una manera lúdica. 

«El taller de cubos arrancó como una propuesta de una forma distinta de abarcar los proyectos, como los algoritmos que se ven en programación, pero centrado en el cubo Rubik», explicó Martí, teniendo en cuenta que los jóvenes no solo aprenden, sino que forjan lazos significativos entre ellos.

«El cubo es un vehículo donde uno no solo se divierte armándolo, sino que también enfrenta un desafío personal constante», indicó el profesor. Los jóvenes se empeñan en mejorar sus tiempos y en aprender nuevas técnicas, lo que les lleva a involucrarse en una amplia variedad de cubos, desde el clásico 3×3 hasta otros modelos más complejos. Este proceso de superación personal se convierte en un motor que impulsa a los chicos a seguir explorando el mundo del cubo Rubik.

Martí mencionó que ha observado cómo los chicos encuentran en esta disciplina un punto en común con otros compañeros que, de otra manera, no tendrían la oportunidad de interactuar. «Terminan forjando amistades y compartiendo no solo en la disciplina, sino también en la motivación personal y en el manejo de la frustración», sostuvo. 

«Los más pequeños, de 7 a 8 años, son los que más se animan, pero también recibo preguntas de adultos interesados en participar», expuso el docente.

Las reuniones se realizan de 2 a 4 de la tarde, en un espacio donde tanto los principiantes como los más experimentados aprenden unos de otros. «Los que ya saben armar los cubos se dedican a aprender métodos avanzados, mientras que los nuevos van asimilando cómo manejar y resolver el cubo», resaltó Martí.

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