El Desfile del 9 de Julio se presentó como una fuerte reivindicación de las Fuerzas Armadas argentinas, provocando el entusiasmo de los sectores más reaccionarios, al punto de que se desplegó una gran bandera con la inscripción “Los carapintadas tienen razón”. Se trata del grupo armado militar que se sublevó contra el Gobierno nacional de Raúl Alfonsín en 1987 y más tarde en 1990 con Carlos Menem en la Presidencia.
Fue realizado para conmemorar el Día de la Independencia de Argentina, participaron más de 7000 integrantes de las fuerzas armadas.Tuvo la presencia del presidente Javier Milei, acompañado por la vicepresidenta Villarruel, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
Se trasladaron tanques del Ejército, helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea volaron sobre las calles de Buenos Aires y, luego del evento, se viralizaron videos que mostraban coches Ford Falcon desfilando por Avenida Cabildo, automóviles fuertemente ligados a las acciones paramilitares en la década de 1970.
El secretario de Derechos Humanos del Centro de Excombatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata, Ernesto Alonso, sostuvo que “fue el desfile del terror”, y destacó que “la inmensa mayoría de los soldados conscriptos combatientes en Malvinas les dijeron no a Milei y a Victoria Villarruel. Participaron quienes nos torturaron en Malvinas y otros tantos de dudosa actuación en el conflicto bélico”.
Emilio Samyn Duco, Eduardo Gassino y Jorge Taranto, fueron los militares que desfilaron a pesar de estar acusados de torturas a sus propios soldados durante la Guerra de Malvinas, causa que espera una resolución de la Corte Suprema de Justicia.
“Nos ofende un Presidente que se referencia en Thatcher, responsable del hundimiento del Crucero General Belgrano, y nos ofende una Vicepresidenta que representa al Partido Militar de la dictadura, que se rodea de negacionistas y represores -remarcó Alonso-. El 9 de Julio se conmemora la Independencia no el coloniaje y la entrega de este gobierno”.
Por su parte, la vicepresidenta Victoria Villarruel se emocionó al ver pasar a los veteranos de guerra y escribió en sus redes sociales que cada uno le recordaba a su padre, quien fue segundo de Aldo Rico, jefe de los «carapintada».
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