En la capital de la geografía más austral de Argentina, donde las montañas se encuentran con el mar, nació David Massimino, un profesional recibido en dos carreras universitarias y con una profunda pasión por la docencia. Actualmente reside en Río Grande, donde ha construido su camino profesional.
Durante la entrevista en la columna «Chicos que Crecen» del programa radial «Un Gran Día», por ((La 97)) Radio Fueguina, Massimino compartió su experiencia educativa y laboral, comenzando su historia desde sus primeros años en Ushuaia.
«Comencé la escuela directamente porque no tenía jardín, pero fui a una primaria experimental que se llama La Bahía, al frente de mi casa», relató. A pesar de mostrar inquietud en su juventud, con algunos llamados de atención por su hiperactividad y algunas faltas de disciplina, su participación en esta propuesta pedagógica marcó el inicio de un camino hacia el aprendizaje que lo llevaría a crear su propio destino.
David completó su secundaria en el Centro Polivalente de Arte de Ushuaia, donde cultivó su amor por el arte y la enseñanza. Sin embargo, para acceder a la educación universitaria, tuvo que dejar su hogar para trasladarse a la ciudad de La Plata, un proceso que reconoce como esencial para su formación.
Estudió Artes Audiovisuales en Bellas Artes, y agregó que durante su tiempo en la universidad enfrentó desafíos como planes de estudio extensos y la burocracia académica.
Consciente de la necesidad de mantenerse activo y buscar oportunidades laborales, David decidió complementar su formación con un técnico superior en Comercio Exterior en el Instituto de Capacitación Impositiva y Aduanera. “La vida me fue llevando más hacia la docencia”, expresa, destacando cómo sus experiencias laborales abrazaron diferentes rumbos y lo guiaron hacia su verdadera pasión.
“Se me ocurrió empezar una carrera terciaria, que era una carrera corta, vinculada también a lo que la Tierra del Fuego, porque también un poco tiene que ver con el régimen de promoción industrial y con la cuestión que tiene que ver más con el comercio exterior -menciona David-. Ahí se me ocurrió esta carrera, fui a probar y con el tiempo uno va avanzando, y en el momento la pude terminar, y así fue como se me dio esto de tener dos carreras. Tuve un tiempo trabajando de eso cuando recién llegué a Río Grande y después la vida me fue llevando más por la cuestión de la docencia y también hoy por la gestión”.
Al construir su vida en Río Grande, David no solo encontró un lugar de trabajo, sino también un espacio para desarrollar su carrera docente. “Agradezco a la universidad pública las herramientas que me brindó para vincularme con el mundo del trabajo”, explica.
“Por suerte en esta época ya hay universidades en Tierra del Fuego, en el momento en el que yo tuve que partir había muy poca oferta, todavía la Universidad Nacional de Tierra del Fuego no estaba creada y esa era una necesidad de la mayoría de los fueguinos, de migrar para formarse, y yo creo que lo más importante es eso”, señala el fueguino.
Su experiencia se convierte en un ejemplo de aliento para los jóvenes que enfrentan la difícil transición del estado académico al mundo laboral, un camino donde a menudo se les exige experiencia aun cuando están iniciando.
“A mí me apasiona mucho la docencia, es algo que me gusta, que empecé de muy de chico, a dar clases y después la vida te va llevando por otros caminos, y con otras oportunidades”, concluye David.
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