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Desaparición y muerte

A 20 años del resonante caso Vouillez, la familia sólo tiene dudas y decepción

El 21 de julio se cumplirán 20 años de la aparición del cuerpo sin vida de Oscar Vouillez, que 31 días antes había desaparecido misteriosamente. Su cuñada rememoró el caso, sobre el cual la familia conserva severas dudas sobre el accionar policial y total decepción con el judicial.

El próximo 21 de julio se cumplirán dos décadas desde la aparición sin vida del cuerpo de Oscar Vouillez, un trabajador de Río Grande que desapareció misteriosamente un mes antes. Este caso, que sigue sin resolverse, ha dejado a la familia Vouillez con profundas dudas sobre el accionar policial y una decepción total respecto al sistema judicial.

Oscar Vouillez desapareció el Día del Padre de 2004. Según recordó por ((La 97)) Radio Fueguina Nancy Valdés, su cuñada, Oscar tenía previsto visitar a su hermano mayor, pero no pudo encontrarlo en casa. «Él iba a mi casa para saludar a mi marido… Nosotros no estábamos, estábamos en la casa del padre», recordó. Posteriormente, fue visto por última vez conversando con un conocido en una esquina cercana a su casa, momento en que un patrullero policial se detuvo, lo que parece haberlo puesto nervioso debido a experiencias previas con la policía.

Valdés explicó: «Oscar tomaba, vuelta y media lo encontraba muchas veces la policía en la calle y lo ha llevado a la casa. A veces lo han dejado dormir en la comisaría. Bien se ve que no la pasó».

Tras ver el móvil policial, Oscar cambió de rumbo y decidió ir a su casa, pero nunca llegó. Al día siguiente, la familia comenzó a buscarlo frenéticamente, enfrentándose con la negativa inicial de la policía a tomar la denuncia. «Fuimos a la comisaría, no nos quisieron tomar la denuncia», relató Valdés, una situación que incrementó su desconfianza en las autoridades.

La búsqueda se intensificó en los días siguientes, con familiares y amigos rastreando diversos lugares sin éxito. La desesperación llevó incluso a inspeccionar las orillas del mar, ante la posibilidad de que Oscar hubiera cometido suicidio. Valdés rememoró: «Tres veces en ese mes fuimos a la orilla del mar, rastrillamos, no había nada».

El 3 de julio falleció el Padre Zink en Río Grande. Durante la procesión en la misma zona donde luego apareció su cuerpo que tuvo lugar al día siguiente, con unas 300 personas, tampoco se halló rastro alguno de Oscar. «Él no estaba ahí. Nosotros sabemos que él no estaba ahí», afirmó Valdés con convicción.

Finalmente, el cuerpo de Vouillez fue encontrado, allí, y la autopsia inicial indicó que murió de hipotermia. Sin embargo, múltiples detalles no concordaban con esta conclusión. Según Valdés, un trabajador de la morgue advirtió a la familia: «Él no murió de hipotermia, no lo entierren, yo sé lo que les digo». Las dudas crecieron al descubrir que el cuerpo presentaba signos de lesiones que no encajaban con la causa oficial de muerte.

La familia solicitó una segunda autopsia, realizada en Ushuaia. Esta reveló que «no hay una evidencia de que él murió de hipotermia». Entre las inconsistencias notables, el médico contratado por la familia señaló que Oscar tenía la vejiga llena, lo cual es atípico en casos de muerte por hipotermia. Además, el cuerpo tenía mutilaciones inexplicables, como la ausencia de carne en la parte superior y los dedos, y un hueco de 5 por 13 centímetros en el pecho.

A lo largo de estos veinte años, la familia Vouillez ha perdido la fe en la Justicia. Valdés recordó que, pese a los numerosos intentos de buscar ayuda de altos funcionarios y políticos conocidos, estos nunca respondieron adecuadamente. «Nosotros lo conocemos a Jorge Colazo, que era el gobernador, a Hugo Cóccaro. Hubiésemos podido tener una ayuda de parte de ellos y nunca la tuvimos, siempre se nos escaparon «, lamentó Valdés.

La falta de respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades ha llevado a la familia a concluir que nunca conocerán la verdad a través de los canales oficiales. «La familia puntualmente ya no cree más en la Justicia, hace rato hemos dejado de creer en la Justicia», expresó.

En conmemoración del vigésimo aniversario de la desaparición y muerte de Oscar Vouillez, la familia planea reunirse en el monolito erigido en su memoria y pedir a cualquier persona que sepa algo sobre lo sucedido que se acerque a compartir esa información. «Ya no creemos más en la Justicia, ya no vamos a pedir más a la Justicia que actúe… Pero sí vamos a pedir por favor a quien sepa algo, porque alguien tiene que saber qué es lo que ha pasado», concluyó Nancy Valdés, dejando abierta una última esperanza de obtener respuestas fuera del sistema judicial que les ha fallado.

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