mar congelado
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¿Un fenómeno que no fue tal?

«Las olas, sería imposible que se congelaran», esclareció Rabassa

El Dr. en Geología Jorge Rabassa brindó una didáctica explicación científica sobre el evento natural que por estos días se produce en la costa Norte de la isla, debido a las bajísimas temperaturas que estamos experimentando.

Recientemente, diversos medios de Buenos Aires y del país publicaron noticias con títulos sensacionalistas como «El mar se congeló en Tierra del Fuego» o mencionando un supuesto fantástico congelamiento de las olas. Incluso algunos portales locales se hicieron eco de la «fake», desconociendo una realidad que todos los fueguinos están muy acostumbrados a ver.

En respuesta, el Dr. en Geología e investigador superior del CONICET, Jorge Rabassa, ofreció una esclarecedora explicación sobre este fenómeno natural observado en la costa Norte de la isla de Tierra del Fuego. Sus declaraciones, expresadas a través de ((La 97)) Radio Fueguina, proporcionan una perspectiva científica clara y accesible.

Rabassa explicó que el fenómeno no es tan extraordinario como algunos titulares sugieren. De hecho, se trata de un proceso bastante común en las regiones periféricas del continente antártico y, en menor escala, en otras áreas frías del planeta. «Así sucede en toda la periferia del continente antártico», señaló, añadiendo que lo que ocurre en Río Grande es un fenómeno de menor escala, pero igualmente interesante desde el punto de vista científico.

En las costas activas como las del Norte de Tierra del Fuego, la interacción de partículas rocosas y biológicas con el agua de mar, que es movida por los vientos fríos, da lugar a este fenómeno. Según Rabassa, «esas gotas (de agua de mar) son llevadas por el viento dominante en ese lugar y en esa posición, y entran en contacto con el aire, que está mucho más frío que el mar, y habitualmente se congelan en el tránsito aéreo directamente». Las gotas congeladas se acumulan en la costa, formando estructuras de hielo que, aunque puedan parecer olas congeladas, son en realidad el resultado del viento y las bajas temperaturas.

Es crucial comprender que las olas en movimiento no se congelan como tal. Rabassa subrayó que «las olas en sí sería imposible que se congelaran porque la ola en sí tiene una gran energía y no alcanzan las condiciones de estabilidad necesarias como para congelarse como tal». Lo que se congela son las gotas de agua de mar que se levantan con el viento y se depositan en la superficie, formando patrones de hielo que siguen la dirección del viento dominante.

Dr. en Geología e investigador superior del CONICET, Jorge Rabassa.

Este fenómeno natural, aunque llamativo, es relativamente simple en su origen. Solo requiere temperaturas extremadamente bajas y vientos fuertes. Rabassa compartió una anécdota de su época de postdoctorado en Estados Unidos, cuando visitó las Cataratas del Niágara durante un invierno particularmente frío. Allí, observó un proceso similar: «tuve la ocasión de ver las cataratas del Niágara congeladas, las gotas, las salpicaduras del río Niágara que iban formando toda una estructura como si fueran esas olas de hielo». En el caso del Niágara, este proceso ocurre cada invierno debido a las temperaturas extremas, mientras que, en Tierra del Fuego, aunque las temperaturas no son tan severas, se pueden observar estos efectos bajo condiciones climáticas adecuadas.

Además, Rabassa destacó el papel de las mareas en este fenómeno. En la costa atlántica de Tierra del Fuego, la diferencia de nivel entre la marea alta y baja puede ser de hasta 12 metros. Esto, combinado con las gotas de agua congeladas en la playa, puede dar la impresión de que el mar se ha congelado. Sin embargo, el científico aclaró que esta es una percepción errónea inducida por la combinación de factores naturales y el movimiento de las mareas.

Finalmente, el Dr. Jorge Rabassa comparó el fenómeno con una experiencia cotidiana: «Si abrimos el freezer y agarramos la cubetera, con las manos descubiertas, se nos pega el hielo de las cubeteras a la palma de la mano o a los dedos». Esto ocurre porque la humedad de la piel se congela al contacto con una superficie muy fría. De manera similar, en una escala mucho mayor, las gotas de agua de mar se congelan en contacto con el aire frío, formando estructuras de hielo en la costa.

En resumen, el fenómeno de las «olas congeladas» en Tierra del Fuego es un proceso natural que resulta de la interacción de bajas temperaturas y vientos fuertes, combinado con el efecto de las mareas. Aunque puede parecer extraordinario, es una manifestación más de las maravillas que la naturaleza ofrece bajo condiciones climáticas extremas.

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