esteban y leonor pinero
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Esteban y Leonor Piñero

El recuerdo de dos pioneros, padre e hija, en el aniversario de sus fallecimientos

Esteban Piñero, dueño de la estancia La Criolla, y su hija Leonor Piñero, escritora e historiadora, fallecieron un día como hoy, 24 de junio, con 80 años de diferencia.

La épica historia de Río Grande, su paso de pueblo sufrido a ciudad pujante, reconoce en sus mejores páginas el quehacer de familias pioneras, destacadas en los más diversos rubros.

Una de esas familias es la de Lucas Esteban Piñero y su esposa Berta Patella, cuyos hijos dieron lo mejor de sus vidas hasta dejar sus trayectorias grabadas a fuego en la memoria, aunque no todos lo han sabido reconocer así.

A bordo de su vistoso Ford “T”, Esteban “bajaba al pueblo” frecuentemente, paseando su singular elegancia y estilo de hombre de mundo, a pesar de su extrema juventud, convirtiéndose en uno de sus vecinos destacados.

Tenía apenas 30 años cuando murió congelado durante un viaje en el Ford T, viajando de noche hacia la estancia. Era el 24 de junio de 1930. Sus restos están hoy resguardados bajo una lápida en el restaurado cementerio de la Candelaria, en el predio de la Misión Salesiana.

Sus hijos no le fueron menos en trayectoria, René llegó a ser Comisionado Municipal. Trinidad (artísticamente conocida como Venus Videla), fue una eximia artista plástica, respetada en los foros más diversos dentro y fuera de la Argentina. Su obra está permanentemente a la vista de todos los fueguinos, ya que fue la creadora del Escudo Municipal.

La tercera de los hijos de Esteban, Leonor María, se erigiría con el tiempo en una notable referente y pionera del periodismo local: durante 25 años escribió editó y repartió mano en mano su periódico “La Ciudad Nueva”, decano del periodismo riograndense.

Los vecinos recuerdan, además, a Leonor atendiendo su quiosco “Leomar” en calle Ameghino, frente al Hospital. Allí atendía todo tipo de requerimientos (desde golosinas hasta accesorios de mercería) mientras escribía a mimeógrafo las páginas de “La ciudad nueva”. En la construcción de sus valiosas “Efemérides Fueguinas”, tanto investigó que llegó a ser una prolífica historiadora, el fruto de cuyo trabajo es hoy objeto de estudio de casi todos sus continuadores.

Ya anciana y agotada de tanto trabajo en soledad, Leonor falleció en el Hospital Río Grande el 24 de junio de 2010, exactamente 80 años después que su padre. Caprichos de la historia, o de las efemérides.

Así los recuerda Ana Berbel

En su espacio «Camino al Centenario», en las redes sociales, Ana Berbel los recuerda, ligando sus historias con el reciente rescate y puesta en valor del cementerio de la Misión.

 “Un día como hoy pero de 1930… la tragedia sacudía el pequeño pueblo de Río Grande: El joven estanciero Esteban Lucas Piñero sería hallado congelado en cercanías de la Criolla, sorprendido por el crudo invierno de antaño. Dejaba huérfanos a sus dos pequeños hijos y viuda a Berta Patela quien muy jovencita se convertiría en la primera mujer administradora de una estancia fueguina. Ochenta años después, exactamente el mismo día de aquella tragedia nos dejaba la periodista y escritora Leonor Piñero, su hija (en la foto junto a su hermano Rene quien sería comisionado municipal). En el antiguo cementerio de la Candelaria el epitafio de la tumba recuerda ese día fatal en que Don Esteban hallaba la muerte”.

Como ella, hoy unos cuantos queremos rescatar del olvido a Esteban Lucas y Leonor María Piñero, cada cual en lo suyo pero ambos pioneros y forjadores de la historia de Río Grande.

Pero: ¿cómo fue lo del viaje fatídico de Esteban Piñero?

“Fue por osado, como fue siempre, y por no querer faltar a sus deudas”, lo recuerda con mezcla de tristeza y orgullo su nieto, Raúl Piñero Duyón, curador y custodio de la historia familiar.

Enfrentando con decisión y con su fordcito la nieve de aquellos días, Esteban había viajado a Punta Arenas con el único fin de liquidar un pagaré, con motivo de un préstamo que había solicitado al Banco de Magallanes.

La mañana del 24 de junio el estanciero pasó por el banco y emprendió enseguida su retorno. Cruzó en barco a Porvenir, donde había dejado su vehículo, en el que llegó a Río Grande por la noche. Todo indicaba que debía pernoctar en el pueblo y seguir hacia la estancia por la mañana. Pero la ansiedad pudo más y encaró la ruta y la nieve, que lo detuvo fatalmente a 7 kilómetros de su destino. Caminó 6 kilómetros y no pudo más. Tres días después lo hallaría su hermano junto al camino, con señales de haber intentado -sin suerte- hacer una fogata para mitigar el frío que pudo con su vida.

Quedaba pendiente parte de la deuda que su viuda, Berta Patella, no dejó de honrar hasta la última cuota, como él lo hubiera hecho.

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Uno de los pagarés, ya cancelado, que Esteban Piñero debía abonar al Banco de Magallanes (Gentileza Raúl Piñero)

radiofueguina.com/Oscar D’Agostino

Lectura recomendada: Acerca de Leonor Piñero https://lc.cx/4PgYVg

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