La postura del gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, en relación a la polémica relación del gobierno nacional con los Estados Unidos ya provocó los primeros contaos de revancha desde Buenos Aires.
Fue el ministro del Interior Guillermo Francos el que expresó el malestar del presidente Milei que “decidió él mismo viajar a Ushuaia” para evitar un desaire a la jefa militar yanqui Laura Richardson, a quien Melella se negó a recibir formalmente.
Dejando entrever que la respuesta del gobierno nacional consistirá en golpear donde más duele, Francos ligó el tema de política exterior con el de la Ley 19.640, el Régimen de Promoción de la Economía fueguina que viene sufriendo duros embates desde la política y los medios de prensa porteños.
Entrevistado por Ignacio Ortelli y Nicolás Lucca, por radio Rivadavia, el funcionario de Milei consideró que “El gobernador de Tierra del Fuego tuvo un gesto desde mi punto de vista equivocado hacia la embajada de Estados Unidos, que le pidió la entrevista para la general Richardson”. Nos llamó mucho la atención y el presidente decidió viajar él mismo a Ushuaia”, informóFrancos.
“¿Qué puedo decir del gobernador Melella?, que se equivocó”, remarcó para -de inmediato y sin solución de continuidad- pretender explicar que “Eso no tiene nada que ver con el régimen (de Promoción Industrial) de Tierra del Fuego”.
Coincidiendo llamativamente en sus opiniones con sus interlocutores, Francos continuó deplorando que “El régimen de Tierra del Fuego fue prorrogado en el Presupuesto (Nacional) hasta el año treinta y pico» (SIC). “Un delirio –le aportaron desde la mesa- a lo que el ministro lamentó que “Eso generó una serie de derechos adquiridos que es muy complejo volver atrás”
Francos aseguró entonces que otros gobernadores le reclaman por las ventajas comparativas que supuestamente tiene Tierra del Fuego en el concierto federal: “Hay una situación de tensión entre este régimen de Tierra del Fuego y la situación de las demás provincias”.
“En algún momento tenemos que resolverlo, no tenemos la mayoría parlamentaria en este momento, pero vamos a intentarlo” amenazó, ya más decidido, el ministro.
“En el caso de Tierra del Fuego, pareciera que el beneficio está dirigido, imagino que hay intereses y poderes más fuertes”, buscó una respuesta cómplice el entrevistador, a lo que el ministro accedió gustoso: “Sabe que es una situación de privilegio la de esta provincia que habría que reencauzar de alguna manera”. “No es un tema que podamos resolver por un decreto –deslindó- es un tema que requiere un consenso parlamentario, y también con los actores que tienen derechos adquiridos”.
“A mí me parece raro, un derecho adquirido a 30 años”, siguió azuzando el columnista, a lo que el ministro acompaño con nuevas amenazas hacia los fueguinos: “Es un sistema que beneficia a unos pocos –criticó- lo que se busca es proteger las islas (SIC)… (pero) el mecanismo para la protección, a lo mejor no es el adecuado”.
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