Después de más 29 horas de debate distribuidos en tres días, lo que ya constituye la sesión más larga de la historia Argentina, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de mayoría de la ley ómnibus con 144 votos a favor y 109 en contra. Esto no significa que la totalidad del proyecto consiguió la media sanción, ya que iniciará la segunda fase de la discusión parlamentaria: el del tratamiento artículo por artículo, que podría desmembrar el ya recortado paquete de reformas oficialista a partir del martes 6 de febrero a las 14 horas.
Los integrantes de los tres bloques de oposición acuerdista que garantizaron la aprobación tienen libertad de acción para discutir cada artículo: las voluntades de la Unión Cívica Radical (UCR), Hacemos Coalición Federal (HCF) e Innovación Federal se regirán a partir de ahora por convicciones o demandas provinciales, ya no por vocación de gobernabilidad. Su postura le permitió al Presidente aprobar su ambicioso proyecto de ley, pero argumentarán que sus esfuerzos en la negociación mejoraron el texto que se deberá discutir en el Senado.
Distintos son los casos de los que acompañarán en su totalidad, como lógicamente lo hará el bloque de La Libertad Avanza y el del PRO. Este último caso, a pesar de subrayar hace semanas su respaldo total, podría tener matices: algunos discursos de este bloque insinuaron alguna resistencia respaldadas en intereses de industrias regionales.
En la situación opuesta están el Frente de Izquierda y Unión por la Patria cuya posición inicial sería rechazar todo el proyecto. El presidente del bloque, Germán Martínez, ya convocó a la Cámara de Diputados a rechazar el DNU, la próxima batalla de la oposición. El peronismo modificó su posición a lo largo de la última jornada: dando por sentada la aprobación de la ley ómnibus, remarcaron las modificaciones al texto original a partir de las intervenciones de la sociedad civil y las negociaciones de los gobernadores provinciales. La postura de estos mandatarios serán fundamentales para la segunda etapa.
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