En la que quizá sea la última medida económica de la gestión de Alberto Fernández, el Gobierno nacional autorizó que YPF realice un “aumentazo” de la nafta en todo el país.
Se trata del 36° aumento de la nafta durante la gestión de los Fernández, lo que da en el acumulado un 680%.
Es además, el incremento más importante de los últimos cuatro años, ya que los aumentos no habían superado nunca el 15%.
Con el nuevo salta de precios, durante lo que va del año la inflación sufrida por los combustibles acumula un incremento del 156%.
De esta manera, en Río Grande, el litro de nafta súper se vende desde este viernes a $ 338, mientras que el Infinia Nafta quedó en $ 416. El mayor incrmento (25,4%) se dio en el Ultra Diesel, que ahora cuesta $ 415 por litro.
Vale recordar que cuando Fernández y Cristina Kirchner asumieron el poder, el litro de nafta súper costaba $ 46 pesos en Río Grande.
YPF no fue el único: Shell y de Puma también modificaron sus precios este viernes por la madrugada para aplicar un incremento del 15% promedio en todo el país, con lo que se suma al incremento del GNC.
Con esta suba, los precios de la nafta y el gasoil aumentaron 126% en promedio en lo que va del año, mientras que la inflación estimada en el mismo período estuvo más cerca de 146%.
Sin embargo, luego del balotaje y ya sin el control sobre los precios del Ministerio de Economía, en las últimas dos semanas, las empresas aumentaron dos veces sus valores por un total de 30%.
Eduardo Rodríguez Chirillo, el futuro secretario de Energía del presidente Milei dijo que “se debe apuntar a una fluctuación libre, sin el control indirecto que hoy ejerce el gobierno en el mercado a través de YPF”, en declaraciones al portal Surtidores.
“Una vez logrado el equilibrio de precio con la paridad de exportación, se instrumentará un fondo compensador para morigerar los aumentos y reducciones de precio internacional que impactaría en el precio doméstico, del tipo que existe en Perú. En el mientras tanto, evaluaremos la conveniencia y posibilidad normativa de regular con la carga impositiva”, agregó.
El gobierno saliente postergó durante más de dos años los aumentos del impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), para evitar aplicarle más presión a los precios.
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