En agosto del año 2022 asumió como nuevo ministro de Economía Sergio Massa, el cuál había llegado a la cartera en medio de una crisis de la actual gestión que se produjo luego de la renuncia del ministro Guzmán y la posterior de Silvina Batakis, tras estar 24 días en el cargo.
En ese contexto, el precio de los combustibles rondaba entre los $96 y los $165 pesos, situación que se disparó a los 21 días de ese mes de agosto, cuando el litro de nafta Súper pasó de $96.60 a $105,20, con una suba de casi $10; la Infinia de $119 a $129; y, con menor impacto, el diesel tuvo una actualización de $119 a $127 y el Infinia de $165 a $175.
Ese fue el primer aumento registrado en la nueva administración, de casi un 7,5%. A esto se sumaron otros 6 incrementos durante el 2022, hasta que a inicios del 2023 el ministro Massa ordenó que los precios permanecieran «estáticos» por un período de 8 meses, aunque paulatinamente hubo un aumento del 81%.
Se anunció que los precios se congelarían hasta el 31 de octubre de 2023, pero ello no ocurrió: el 23 de ese mismo mes -luego de las elecciones nacionales- se registró un aumento que dejó a los precios en: Nafta Súper, $219 por litro; nafta Infinia, $280; Ultra Diesel, $268; y, por último, el Infinia Diesel a $350.
Tras menos de dos semanas volvió a subir abruptamente y este 1 de noviembre, quedando los precios en $240 pesos, la Nafta Súper; la Infinia en $307, la Ultra Diesel en $294 y la Infinia Diesel en $348 pesos por litro.
Son datos que implican que entre la asunción del ministro de Economía y candidato a presidente Sergio Massa, la Nafta Súper tuvo un aumento del 128,14%; en tanto que la Nafta Infinia subió un 136,52 %. Por otro lado, los diesel subieron un 130,41 % y el Infinia Diesel es el de menor crecimiento con un 118,31 %.
Está claro que, desde que los precios de los combustibles en las provincias, se definen desde Buenos Aires, los fueguinos han salido perdiendo y por goleada.
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