La situación de las personas privadas de su libertad no es nueva en la ciudad de Río Grande, destacando particularmente la situación de hacinamiento a causa de la gran cantidad de reos que se encuentran encerrados. Sin embargo, recientemente se ha denunciado que también se padecen dificultades a la hora de acceder a la salud.
En diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina José Piñeiro, integrante del Comité de prevención contra la tortura indicó que hace tiempo hay inconvenientes con el acceso a la salud:
“En la primera visita que hicimos a la Unidad como Comité de Prevención a la Tortura, en noviembre del año pasado, uno de los problemas fundamentales que nos planteaban tenía que ver con cuestionamientos de la profesional que atendía” ¸ señaló Piñeiro.
No solo la situación no cambio, sino que también hay problemas al acceso de turnos, con muchas demoras, además de problemas para un correcto acceso a la salud mental.
“Por eso la propuesta de la Multisectorial de Derechos Humanos de Río Grande la necesidad de tener algún tipo de charla con las autoridades del Ministerio de Salud para plantear la situación y ver como se resuelve”, manifestó el integrante del Comité contra la tortura.
El problema de la salud reviste una doble preocupación, no solo por el déficit que sufre la provincia y es públicamente conocido, sino por el riesgo que implica para personas en contexto de encierro, hacinadas, que deben convivir.
“Creemos que no existe el seguimiento adecuado para cada patología específica y en algunos de los casos se necesitará la medicación que corresponde a cada situación”, lamentó Piñeiro y agregó: “Una persona que necesita una medicación específica y no la tiene, en un lugar de encierro, puede terminar muy mal”.
El número de la población carcelaria es fluctuante, pero ronda en 160 personas en cada una de las ciudades. Existiendo un médico para cada sede.
Según indicó Piñeiro desde el Comité se elevará un informe y plantear la preocupación, pero la decisión la tienen las autoridades del Ejecutivo:
“No estamos pidiendo prioridad para las personas privadas de su libertad, sino equidad con las personas libres”, concluyó.
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