La columna radial “Chicos que Crecen” que se transmite por ((La 97)) Radio Fueguina recibe todas las semanas a jóvenes riograndenses que terminan de profesionalizarse y dan un ejemplo para los adolescentes de la ciudad a continuar sus estudios.
Sin embargo, en esta oportunidad se ha retrotraído al pasado y con la riqueza propia de las experiencias disimiles se invitó a Alberto Ibarra, un histórico concejal de la ciudad que fue también uno de los primeros arquitectos que tuvo la ciudad.
Nacido en el año 1956 en el BIM 5, porque en ese momento aún no existía el Hospital Regional, Alberto fue el hijo único de una familia que contaba con un almacén de ramos generales ubicado entre Fagnano y Rosales. Ahí se encontraba apostado tanto el local familiar como la casa.
“Mi niñez se desarrolló allí hasta los 9 años, -recordó -, luego nos trasladamos a otra casa en avenida San Martín donde quedó asentada la vivienda familiar”.
En esos años transcurrió su educación en la escuela 2, rodeado de compañeros y amigos del barrio, hasta que comenzó el secundario en el Colegio Don Bosco, “donde éramos algo así como 19 o 20 alumnos los que nos recibimos”.
Allí Ibarra conoció y entabló amistad con “Chino” Mora, con quien egresó y se fue a estudiar a la Universidad Nacional de la Plata.
El desarraigo en esos años era quizás más complicado que en la época actual, a causa de la falta de desarrollo de tecnologías de la comunicación más eficaces. A esto se sumaba la poca recurrencia en las salidas vacacionales.
“En esa época no teníamos por costumbre salir de vacaciones como ahora, en su mayoría nos quedábamos acá en el verano, era mucho sacrificio y dinero. Fue difícil el desarraigo porque no estábamos acostumbrados a vivir en una ciudad grande y alejarnos de la familia”, relató Ibarra.
Ya en La Plata comenzó a vivir en una pensión cerca de la facultad y comía en el comedor universitario, que era un alivio económico para el joven estudiante. Esto fue en el año 1974, apenas un año desde la vuelta de Perón y el retorno a la democracia luego de los golpes consecutivos post-1955.
“Empecé en el año 1974, empezaba la democracia en el 73 con la vuelta de Perón, fueron años de mucha efervescencia política. Yo en mi vida ya era peronista, me había formado y participamos en algunos actos”, recordó sobre aquellos agitados años el arquitecto.
“Después uno se fue aclimatando más, fueron años difíciles porque una vez que murió Perón se puso más convulsionada la sociedad en general. Había mucha disputa por espacios de poder y política en la universidad. Se veían situaciones de violencia, había grupos parapoliciales y armados. En 1975 ya hubo algunas desapariciones, fue muy difícil esa etapa”, reflexionó.
Años duros de terror político influyeron también en la universidad que fue cambiando a lo largo de los años e Ibarra fue testigo de todo esto dado que en el año 1984 finalmente pudo recibirse cursando su última materia, Planeamiento Físico II.
“Una materia liviana que dejé para el final”, minimizó su esfuerzo.
Ibarra relató como una vez recibido retornó a Rio Grande y se tomó un período de descanso de dos meses. Hasta que el intendente de aquel momento, “Chiquito” Martínez, comenzó a poner el ojo en los primeros profesionales de la ciudad y lo ayudo a ingresar en la municipalidad.
“Era todo algo nuevo poder desarrollar los conocimientos que uno adquiere estudiando, fue muy lindo y bueno, recuerdo que el secretario de Obras Públicas en ese momento era Mario Ferreira, así que fui muy bien recibido por los compañeros de trabajo, había buen ambiente”, expresó Ibarra.
El joven arquitecto riograndense comenzó así a trabajar en el crecimiento de su ciudad y una de sus primeras experiencias fue, ni más ni menos, que la construcción de la Casa de la Cultura.
“Martínez tomó la decisión política de construirla, porque no había espacio similar en Río Grande, era un galpón que funcionaba como deposito. Entonces forme parte del proyecto y dirección, ya que gran parte se hizo con personal de la municipalidad”, detalló Ibarra.
A estas labores se sumaros trabajos particulares y en el área vial, luego sumado a la militancia política fue electo concejal entre los años 1989 y 1991.
“Creo que lo importante a veces es lo que uno puede desarrollarse como profesional, todo lo que uno puede retroalimentar a su comunidad”, consideró.
Sin embargo, una vez jubilado no desistió en seguir aportando a Río Grande y, convocado por el intendente Martín Perez, forma parte del actual gabinete al frente de Obras Sanitarias.
“Soy peronista y me siento comprometido con la idea que tiene Perez, desde mi humilde aporte siempre buscaré ayudar a la actual gestión”, finalizó comprometiéndose Alberto Ibarra, uno de los primeros profesionales de nuestra ciudad.
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