Los oficialismos, cómodos según Neodelfos
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78 días para las elecciones

Las dudas y divisiones en la oposición le allanan el camino a los oficialismos

Juntos por el Cambio aún no define la postura que adoptará en los comicios del 14 de mayo. Quedan 19 días para cerrar alianzas y 34 para la presentación de candidatos.

El próximo 14 de mayo los fueguinos concurrirán a las urnas por primera vez en el año. Y lo harán (al menos) otras dos veces a lo largo de un calendario electoral que definirá no solo el futuro político a nivel local y provincial, sino también nacional.

A menos de 80 días de esa primera convocatoria y cuando los principales referentes políticos ya dan los primeros pasos de campaña, sorprende el letargo de una oposición en Tierra del Fuego que a las claras le allana el camino a los oficialismos, todos ellos peronistas.

Y es que por primera vez en años, los tres municipios y el Gobierno Provincial son conducidos por actores que pueden renovar su mandato: Melella, Pérez y Harrington de modo natural por ser su primera gestión y Walter Vuoto en Ushuaia por haber modificado la Carta Orgánica en el año 2022.

Los cuatro, se sabe, irán por la reelección en un proceso electoral que ha unificado el calendario en Tierra del Fuego; a pesar de que públicamente los intendentes y el Gobernador esquivan hablar de candidaturas, sus entornos confirman que ya trabajan para otros cuatro años.

Mientras tanto, del otro lado de la “grieta” hay más ruido que certezas: Juntos por el Cambio no muestra sus cartas y lejos de ser una estrategia electoral, todo apunta a que aún no se han alcanzado los consensos ni definido quién se enfrentará al aparato oficialista.

El principal espacio opositor no se corre, al menos en el discurso, de la postura adoptada en 2022 y en off admiten que persiste la intención de presentar candidatos en todos los estamentos en juego y para la gobernación hay al menos dos.
Tanto el senador Pablo Blanco como el diputado Héctor “Tito” Stefani podrían disputarle la Casa de Gobierno a Gustavo Melella y no se descarta que los dos diriman sus diferencias a través de una interna.

“Yo no declino ninguna de mis aspiraciones”, ratificó Blanco hace días, no sin polemizar con otros dirigentes de Juntos por el Cambio que piden evitar la contienda pública (y abierta) entre los propios.

En Río Grande suena desde hace meses Fernando Gliubich para la Intendencia y siempre sobrevuela el nombre del exintendente Jorge Martín, aunque este siempre ha rechazado los convites para volver al barro donde tan cómodo estaba hasta el 2011.

Pero el norte es hasta ahora el distrito más complicado, ya que la UCR no logra recuperar el terreno perdido y el PRO sigue sin desembarcar. A esta hora, nadie parece tener la intención de inmolarse con una candidatura que termine como terminó el improvisado lanzamiento de «Pipo» Rodríguez en 2019 para la Gobernación.

En Ushuaia Ramiro Requejado y el también exintendente Federico Sciurano son los nombres que suenan, pero en ambos casos las negociaciones están poco maduras y parece ser más un deseo de los constructores del espacio que de los potenciales postulantes. Por fuera de JxC, aparece la siempre candidateable Liliana «Chispita» Fadul, pero no mucho más.

En Tolhuin ocurre algo particular y es que el principal opositor a Daniel Harrington podría ser no solo de su mismo espacio, sino quien lo apadrinó durante muchos años. En los últimos días comenzó a materializarse el potencial regreso del exintendente Claudio Queno, que cuenta en sus filas con representantes del Concejo Deliberante de la localidad que están alejados de Harrington.

Sin embargo, Queno mismo reconoce que la campaña le será difícil: el recuerdo de la comunidad en relación a su gestión no es positivo y será complicado justificar por qué Tolhuin avanza hoy con obras y pavimentación cuando durante los 12 años de su gestión la ciudad estuvo prácticamente paralizada.

Y ahí se terminan los nombres. El resto son rumores y trascendidos. Meras operaciones que desnudan la falta de planificación de la oposición en Tierra del Fuego para enfrentar un proceso electoral que está verde a pesar de que faltan menos de 80 días para que los fueguinos concurran a las urnas.

De no haber una jugada épica sobre la hora, los ejecutivos podrían enfrentar las elecciones más sencillas que se recuerden en los últimos años.

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