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Tartamudez

Un momento de encuentro y ayuda mutua en Río Grande

Los últimos sábados de cada mes, desde la Asociación Argentina de Tartamudez se promueve en el Espacio Joven un grupo de ayuda mutua donde compartir experiencias y herramientas entre personas con disfluencia.

Un entusiasta grupo de jóvenes de Río Grande promueven encuentros y reuniones de ayuda mutua en el marco de la Asociación Argentina de Tartamudez, que desde hace algún tiempo se encarga de brindar herramientas y contención a las personas con tartamudez -o disfluencia-, para ayudarlos en lo que más se pueda para una integración y vida plenas.

Ariel y Julieta pasaron por ((La 97)) Radio Fueguina para compartir los detalles de la iniciativa: “Es un grupo de ayuda mutua que sirve para las personas que tienen tartamudez, para que puedan encontrar un lugar donde contar sus experiencias”.

Básicamente, lo más importante que se persigue es quitarle lo estigmatizante a la cuestión, “para quienes transitamos la tartamudez o disfluencia, contar con estos espacios, tener un lugar donde volcar nuestras inseguridades, tristezas, frustraciones y entender que no tienen por qué mirarnos distinto, ni por qué sentirnos menos” tal como resumió Julieta.

Ariel es relator de fútbol y cuando ejerce esa actividad, no se traba. Explica ese fenómeno en el hecho que cada persona “puede encontrar su zona de confort, como yo la encuentro en el relato, otra gente la encuentra en el canto u otras expresiones, canaliza por otro lado”.

Lo más positivo de contar con un grupo como el de la Asociación, es adquirir herramientas para llegar a esa salida: “Muchas veces uno tiende a encerrarse y no encuentra una salida que no sea aislarse. No, uno tiene que ser parte” dijo Ariel. 

Julieta contó su experiencia de cuando tenía 19 años, viviendo en Buenos Aires, se acercó a una de las reuniones que allá llevaban ya un tiempo de rodaje: “Fui a ver qué pasaba, fue algo muy nuevo, ver gente igual, que le pasa lo mismo que a mí. Acá (en Tierra del Fuego) nunca vi a alguien igual que yo, pensaba ‘debo ser la única persona en el mundo que le pasa esto’ y no sé con quién hablarlo”. A su regreso a Río Grande, pensó siempre que tenía que haber un lugar donde reunirse, donde compartir, donde las familias puedan consultar. 

“Al principio cuesta que se acerquen” reconoce Ariel. “La gente que participa se va muy bien y eso nos hace sentir bien, porque en sí esa es la misión, poder brindar un abordaje y una contención” añadió.

Un consejo fundamental que ambos transmitieron estuvo dirigido a los padres, a las familias que tengan un hijo o una hija con disfluencia, que puedan encontrar una herramienta para saber cómo abordar esto en casa. “A veces los padres estigmatizan o piensan que esto ya se les va a pasar. Es importante que se lo aborde lo antes posible”

Explicaron que, a edad muy temprana, la tartamudez suele ser oscilante, “va y viene”. En esa etapa puede ser reversible, pero superados los 5 o 6 años, ya no tanto: “Se puede, pero no es tan reversible como antes. Por eso, aunque venga y vaya, si hay algo raro, si ven que hace mucha fuerza, hay que ir a ver qué está pasando” recomendó Ariel.

También es problemático cuando un chico con esta característica empieza a ir al colegio, y aparece el tan vigente como cruel bullying. Es muy importante que los padres puedan abordar prontamente esta situación porque, tal como Ariel expuso, “el niño o la niña sufren mucho. A mí me pasó durante toda mi secundaria. Uno sufre mucho y se encierra, la pasa mal. Yo no tuve la suerte de contar con un grupo así, de haber conocido la Asociación Argentina de Tartamudez hubiera sido una gran ayuda para mí”.

“Del bullying no se sale” se suma Julieta en la apreciación. “Esos momentos quedan y es una mochila que una carga, y que mientras más pasan los años, cuesta más sacársela”.

La Asociación, en Río Grande, organiza reuniones todos los últimos sábados de cada mes. En noviembre, la fecha será el 26 entre las 10:30 y las 12:30 en el Espacio Joven, O’Higgins 778 (750): “Esperamos a quienes quieran participar, para nosotros es un placer poder hacer esto, porque no es que nos ponemos en el papel que brindamos herramientas, sino que también aprendemos de las experiencias, por eso es un grupo de ayuda mutua”.

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