En la resolución dispuesta por el Dr. Daniel Cesari Hernández el pasado jueves por la medianoche, se fijó no solo quiénes fueron procesados en el marco de la investigación que busca esclarecer el doble crimen ocurrido el sábado 8 de octubre, sino que también se definió quiénes seguirán el proceso privados de su libertad.
Y es que los principales imputados permanecían alojados en celdas de la Policía desde el momento de su detención, en una situación que debía ser formalizada, y esto se comenzó a materializar este fin de semana.
En principio fueron trasladados a la Unidad de Detención de Río Grande Gastón Badilla y Manuel Guerrero. El primero, sospechoso de dar muerte a Víctor Perpetto y Nahuel Roth, y el segundo procesado por encubrimiento agravado.
Badilla y Guerrero llegaron el pasado viernes a última hora a la cárcel de Río Grande, bajo un estricto protocolo de seguridad y, una vez dentro de la prisión, fueron alojados en un sector especial, aislados del resto de la población de internos con el fin de evitar posibles venganzas.
Ya el sábado fue trasladado también a la Unidad de Detención Sergio Solís, involucrado en otro hecho que forma parte de la misma investigación: el incendio intencional de la vivienda de Badilla, que Solís habría prendido fuego en represalia por el asesinato de su cuñado Nahuel Roth.
Resta aún definir qué ocurrirá con otros dos procesados sobre los que también pesa una prisión preventiva: Alejandro Badilla (padre) y Alejandro Moral, dos de los ocupantes de la vivienda de calle 20 de Junio donde habría ocurrido el enfrentamiento entre víctimas y victimarios.
En el caso de Badilla hay que aguardar una resolución por su deteriorado estado de salud; Moral también espera que se defina su situación y, mientras tanto, continúa en una celda común en una de las comisarías de la ciudad.
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