El jueves, Citino cumplió con su palabra y se quitó la vida. Ocurrió en la ciudad santacruceña de Puerto Deseado, escenario en los últimos años de hechos de sangre que conmovieron a su comunidad. Y en algunos casos, también al país.
El amigo de Citino recién pudo llegar al departamento el jueves poco antes de la medianoche. Se encontró con un cuadro impresionante: su amigo sin vida en el baño y la chica en la cama con golpes en todo su cuerpo. Estaba boca abajo, también sin vida.
Fue un femicidio seguido de suicidio, dijo la justicia. Citino tenía serios problemas de adicciones. Tanto drogas como alcohol. Era marinero. Es muy posible que la adicción del hombre y una discusión hayan desencadenado la tragedia. Todo es motivo de investigación por parte del juez Oldemar Villa.
Las familias de ambos eran muy conocidas en esta ciudad costera de Santa Cruz. La justicia investiga los motivos reales del hecho. Y el dato macabro: cuánto tiempo estuvo Citino con el cuerpo de Rocío Trigo, 21 años, la víctima, hasta que decidió quitarse la vida.
Los médicos que revisaron los cuerpos determinaron que Trigo estaba recostada boca abajo sobre una cama y tenía lesiones producidas por golpes en rostro y cuerpo, y que el hombre estaba colgado con una cortina del baño que estaba sujetada a la puerta de ese sector de la casa.
Todo lo demás todavía permanece en la nebulosa. Aunque era muy conocido que el hombre era adicto a las drogas y que muchas veces había pedido ayuda, pero nunca pudo salir. Era pescador, trabajaba para una empresa de manera temporal y de acuerdo a las épocas.
Respecto de Rocío Trigo, se sabe que era una joven que trabajaba en una empresa de servicios. A través de las redes sociales, desde ese ente despidieron a la joven. «Estamos atónitos ante tan triste situación, nuestros compañeros que compartieron con ella, la recuerdan como una persona extraordinaria, llena de energía y buena gente», expresaron.
Rocío era integrante del gremio UOCRA, su madre es delegada de ATE, mientras que su padre es director técnico de futbol de uno de los clubes más conocidos de la ciudad.
En la mañana del sábado, la sala velatoria Cerdá Servicios Sociales fue el escenario en el que seres queridos y familiares de Rocío se acercaron para darle el último adiós. Por otro lado, los restos del femicida fueron despedidos en su domicilio, indicaron fuentes consultadas por este diario.
Pese a que no hay personas imputadas porque el asesino se suicidó tras el hecho, el juzgado busca establecer las circunstancias en las que se produjo el deceso.
Según la autopsia Coitiño murió por asfixia por ahorcamiento autoinfligida, en tanto que la causa de muerte de Rocío fue por un traumatismo grave cerrado de tórax, es decir la mataron de un golpe de puño a la altura del pecho.
Reconstruyendo las últimas horas de ambos, se pudo saber que ambos se habían juntado en la casa que un amigo le había prestado a Coitiño para que se junte con Rocío. Compartieron bebidas alcohólicas y cocaína y en un momento dado, él la agredió hasta asesinarla. Luego le enviaría un mensaje a un ser querido para contarle lo que había pasado: «amigo, me mande una cagada, me voy a matar», una frase que quedará marcada a fuego en la comunidad.
Antes que suceda eso, Rocío le había mandado un mensaje a su mamá: «Ma, me quedó en lo de un amigo a jugar a las cartas, voy a llegar tarde» pero nunca volvió a su vivienda.
(Clarín/La Opinión Austral)
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