Tolhuin está por estas horas en el centro del debate público. Otra vez, es el escenario de una muerte que aún debe ser esclarecida por la Justicia, pero que apunta a un femicidio en una provincia que pide a gritos medidas concretas para evitar lamentar nuevas muertes.
Porque hasta ahora todo apunta a que lo ocurrido en el «Corazón de la Isla» fue justamente eso: un homicidio doblemente calificado por el vínculo y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género, según figura en la imputación empleada por el Juez para mantener encarcelado al único sospechoso por la muerte de la Dra. María Alejandra Accetti.
Desde el pasado lunes 18 de julio, cuando el cuerpo fue descubierto por las autoridades, poco ha trascendido en relación a una investigación que requiere el mayor de los cuidados por parte de los investigadores, pero sí se han conocido detalles de la vida de esta mujer, signada por la violencia de género y la tragedia.
Fue el hermano de la víctima, José María Soria, quien aportó gran parte de esa información en una entrevista con el medio Somos Jujuy. Esas declaraciones permiten trazar una línea de tiempo en un caso que terminó en desenlace trágico y que, en base a esos datos, permite presumir que pudo haberse evitado.
Una vida escapando
Tierra del Fuego fue para Alejandra, como para tantos otros, un lugar para cobijarse en la tranquilidad que aporta saberse no solo lejos de los temores, sino también aislado.
Su hermano relató que ella escapó de su Jujuy natal por ser víctima de violencia de género, a manos de una expareja que constantemente la amenazaba y no le permitía rehacer su vida.
Por eso comenzó a «vagar» por la Argentina, en busca de ese lugar adonde asentarse. Probó suerte en Rincón de los Sauces, en Neuquén, pero ni siquiera ahí escapó del violento. Llegó hasta Ushuaia, pero también hasta la capital fueguina llegaron las amenazas y el miedo.
La calma recién la encontró en Tolhuin. Si se puede hablar de calma, teniendo en cuenta que en sus valijas María Alejandra Accetti también cargaba el dolor más extremo: hacía años, su única hija había decidido quitarse la vida en un puente de Jujuy, también acechada por un exnovio violento.
Finalmente en el centro de Tierra del Fuego el violento parece haberle perdido la pista a la médica. Y allí comenzó una relación con José Sebastián Cortez Toranzo, quien hoy permanece detenido y ha sido formalmente acusado por la muerte de la mujer.
Lo curioso es que, a diferencia de lo que ocurría con la expareja de Alejandra, en este caso la familia de ella jamás notó nada extraño. «Mi hermana nunca nos dijo que era maltratada por esta persona… estuvimos compartiendo con mis hijos y con mi mamá varias veces», confesó hace días en la entrevista antes citada el hermano de la víctima, quien además describió al hoy acusado como «un pibe tranquilo, humilde y buena gente».
Pero sí hubo, según pudo conocer ((La 97)) Radio Fueguina, otras alarmas: la víctima había llegado en reiteradas oportunidades al Centro Asistencial de Tolhuin (CAT) con signos de haber sido violentada; por ignorancia o comodidad, esos hechos jamás fueron denunciados formalmente ante la Policía o el Poder Judicial.
¿Y ahora?
Mientras avanza la investigación (en una semana aproximadamente se debería resolver la situación procesal de José Sebastián Cortez Toranzo) ha habido reclamos, por cierto aislados, en Tierra del Fuego.
Ushuaia, Tolhuin y Río Grande fueron foco de movilizaciones y marchas realizadas el pasado miércoles, pero en todos los casos en eventos organizados por los colectivos feministas.
Como si se tratara de una agenda paralela, el dolor provocado por la muerte de Alejandra no logró que la indignación del común de los vecinos superara las redes sociales y apenas quedó en comunicados, mensajes en Facebook y descargos en Instagram.
Queda sobrevolando la pregunta, la incógnita a develar y que nos permita comprender por qué estas muertes no conmueven a la comunidad fueguina como sí ocurre en otras localidades.
*Si sos víctima de violencia de género, llamá al 144
La Línea 144 brinda atención telefónica especializada a mujeres víctimas de violencia de género durante las 24 horas, los 365 días del año. Es anónima, gratuita y nacional.
Ofrece información, contención y asesoramiento en aquellas temáticas relacionadas con la violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, y simbólica. Su objetivo es acompañarte en las distintas situaciones que estés atravesando, ya sea antes, durante o después de un episodio de violencia.
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