Erica Soto y Sandra Arenas, abogadas del efectivo policial Facundo Lima, recientemente absuelto y liberado en juicio oral y público, tras permanecer privado de su libertad desde el 1 de enero de 2022, estuvieron en el estudio central de ((La 97)) repasando los pormenores del fallo que acaba de favorecer a su cliente.
Lima fue absuelto de los cargos de “lesiones calificadas” presentados por su ex pareja, Juliana Mayra Muñoz, quien lo había acusado de haberla golpeado esa madrugada, en un episodio que se enmarcaría en el contexto de violencia de género. El juicio determinó la absolución de Lima, que tanto el fiscal como la defensa solicitaron, en una decisión que pone en duda, una vez más, la idoneidad de un Poder Judicial que, al menos en este caso, vulneró garantías constitucionales.
Las letradas reafirmaron el requerimiento de investigación, también apoyado por el fiscal, sobre falso testimonio agravado, amenazas agravadas, daños morales y violación de la propiedad privada contra Muñoz. Más daños y perjuicios en el ámbito civil y resarcimiento económico.
Más allá de las cuestiones técnicas judiciales, ampliamente difundidas en todos los medios periodísticos sobre un caso que conmueve a la sociedad riograndense, las letradas hicieron hincapié en otros aspectos que rodean al caso relacionadas con el género, y que merecen la pena su reflexión.
“Nosotras somos abogadas, no somos abogadas de los hombres. Elegimos el caso de Facundo porque creímos en su inocencia desde un primer momento” enfatizaron primeramente Soto y Arenas, decisión que tomaron pese a que la condena social en este tipo de casos es prácticamente insalvable.
De hecho, revelaron que, durante el juicio, desistieron de solicitar la excarcelación de Lima, por presumir que, en libertad, su integridad física podría correr riesgo, en función de la repercusión mediática de la finalmente falsa denuncia.
También aclararon que las medidas de restricción y acercamiento dispuestas durante el proceso, tenían carácter recíproco, y no solamente alcanzaban al policía.
Caracterizaron el presente de Lima, luego de haber sido liberado tras todo un semestre tras las rejas: “Facundo está muy aturdido todavía. Tiene 25 años, ésta fue su segunda pareja recién. Él vino desde el Norte de muy jovencito. Siempre quiso ser policía, él ama su trabajo”.
No quisieron agregar sus comentarios sobre el comunicado de la organización Colectiva Feminista, donde se repudia el accionar de la Justicia ante la absolución, se denuncia la “revictimización” de la supuesta víctima, y se pide una reforma judicial “transfeminista”.
“Hay mucho para hacer a partir de ahora” simplemente consideraron. “Que los hombres se animen a denunciar, hay mucha vergüenza por parte del género. Y también por la burla” dijeron al respecto, basadas en propios testimonios de algunos de sus clientes.
“El mismo hombre, como hombre, debe sacarse ese prejuicio” conceptualizaron. Compenetradas en la problemática, inclusive formularon una verdadera exhortación pública, en primera persona: “Hombres, si ustedes están pasando una mala situación, si están siendo violentados, vayan y denuncien. La violencia no es solo física, también hay violencia psicológica, violencia social”.
Finalmente, las Dras. Erica Soto y Sandra Arenas informaron que la amiga de la denunciante, cuyo testimonio obró en el proceso, también será investigada por falso testimonio, por supuestamente haber mentido durante el juicio. Esta persona no estuvo presente y en principio está fuera de la isla, pero “que sepan que tanto ella como la amiga, y haber mentido como mintieron, también van a tener sus consecuencias” señalaron las defensoras.
El escenario final ideal imaginado por las dos abogadas, en cuanto a la consecución de Justicia, incluye dos anhelos: Facundo reintegrado su trabajo y con alguien que se responsabilice de estos 6 meses de su encierro.
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