Por estos días, recuperó notoriedad pública el caso de la niña Guadalupe, desaparecida en la provincia de San Luis hace un año, en virtud de la posibilidad de que la Justicia convoque a expertos que trabajen en la actualización del retrato de la pequeña, como herramienta para apuntalar la búsqueda de la menor desaparecida.
La Justicia puntana abrió el diálogo con la empresa de seguridad privada -cuyo titular es Walter Duarte-, la misma firma encargada de actualizar las imágenes de la pequeña Sofía Herrera desaparecida en la ciudad de Río Grande en el año 2008 y aún sin rastros de su paradero.
((La 97)) se puso en contacto con el encargado de esas complejas tareas, el comisario retirado de la Policía de la provincia de Buenos Aires, experto en dibujo a mano alzada y perito, Alberto Suárez, propiamente el autor de los retratos de Sofía.
El experto detalló los pormenores de su oficio y la complejidad que éste conlleva. Así, explicó que una actividad pericial como la que desarrolla “tarda más o menos un mes en realizarse. No solo incluye el dibujo, sino cuál sería el comportamiento de cada una de las partes del rostro con el paso del tiempo” explicó. Lo consideró “un trabajo bastante complejo”.
Consultado sobre la actualidad de su tarea, consideró que el dibujo de rostro se trata de una especialidad extremadamente difícil de realizar, “especialidad que tiende a desaparecer, porque es la más difícil que tiene la criminalística como ciencia” explicó acerca de la rama que ejerce.
En tren de compartir con la audiencia de ((La 97)) los detalles de su función, Alberto Suárez explicó que para la actualización del rostro de una persona cuya desaparición conlleva ya un determinado tiempo, es necesario trabajar no solamente con las mejores fotografías disponibles de la víctima, sino también establecer un contacto directo y fluido con los familiares, para obtener los datos más fidedignos al alcance que permitan optimizar el dibujo que en definitiva elaborará.
También mencionó el experto que, cuando se trata de niños de corta edad, la actualización del retrato debería concretarse en lapsos no mayores a los dos años y medio. Esto en virtud de los acelerados cambios que en su fisonomía experimenta un niño. “A temprana edad siempre el crecimiento es más vertiginoso” afirmó.
En tal sentido, junto al entrevistador Suárez recordó que la última actualización del retrato de Sofía Herrera se produjo en el año 2020. Si bien no lo afirmó con total seguridad, sugirió que para el año próximo al menos podría evaluarse la posibilidad de renovar la imagen de difusión de la pequeña aún desaparecida.
Por ello, y sobre el final de la entrevista, anunció que, en caso de viajar a Tierra del Fuego el próximo año, podría ponerse en contacto con las autoridades judiciales que administran la causa, para analizar una actualización del dibujo y evaluar si efectivamente convendría hacerlo durante 2023.
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