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Psicología

¿Cómo sabemos si un niño está sufriendo bullying en la escuela?.

La licenciada en Psicología, Jorgelina Esandi, en su columna del programa radial «Un Gran Día», profundizó sobre la problemática del bullying, teniendo en cuenta que durante la jornada se conoció un caso de agresión entre dos alumnas del colegio Haspen de Río Grande.

El bullying es un acoso escolar, es un acto de violencia, ya sea física, verbal, social o psicológica, que tiene fuertes y graves repercusiones en las víctimas de este tipo de maltrato. Es un fenómeno que día a día se cobra más víctimas en todo el mundo.

Bullying es una palabra inglesa que quiere decir intimidación. Este término suena cada vez más en los oídos de la población mundial debido al gran número de casos en los que se persigue, se acosa y se agrede a niños y jóvenes en el ámbito escolar.

Cuando hablamos de acoso escolar estamos hablando de todas las formas de agresividad contra un individuo, o contra un grupo específico. Son acciones agresivas, intencionadas y repetitivas que suceden sin motivo alguno o sin motivo evidente, y que estás agresiones son de parte de un niño, o de un grupo de niños o jóvenes, a otro niño u otro grupo de niños o jóvenes.

Es importante saber que el bullying es un maltrato sistematizado, no es una burla aislada, es algo que te pasa constantemente, un día tras otro, tras otro, semana tras semana sufrís esta situación en la escuela. Por eso es importante que tengamos los elementos para poder diagnosticar si un niño o un adolescente está sufriendo bullying. 

Ahora ¿cómo sabemos si un niño está sufriendo bullying en la escuela?. Por lo general la víctima sufre en silencio, está padeciendo dolor, angustia y miedo, y este padecimiento puede llegar hasta últimas y peores consecuencias.

Puede decirse también que el acoso escolar o bullying tiene tres esenciales características, que la primera es el desequilibrio de poder que hay entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o imaginario, pero sin duda alguna hay una concepción de desequilibrio, de algo desparejo, ya sea porque la persona que agrede es más grande, más fuerte, más popular, o bien el grupo. Sin ningún lugar a dudas hay un concepto de desequilibrio entre la persona que agrede y la persona que es agredida.

La segunda característica es que la agresión puede llevarse a cabo, como decíamos antes, por una sola persona o por un grupo de acosadores que tratan de dañar a la víctima de un modo intencional. Recordemos que siempre este tipo de violencias son intencionales. 

El tercer elemento es que existe un comportamiento violento hacia la misma persona y este comportamiento se realiza de manera repetitiva, sistematizada, es algo que pasa cada día, en cada momento en la escuela. 

El bullying se caracteriza por acosar, intimidar, por hostigar, puede ser un maltrato físico, maltrato verbal, burlas, un maltrato psicológico, amenazas, o simplemente un maltrato social, en donde la persona es excluida del grupo de pares por alguno de estos acosadores. 

Estos son los elementos que tenemos para diagnosticar el bullying y también sabemos que el bullying genera consecuencias en aquellos niños que lo padecen, genera baja autoestima, aislamiento, soledad e impotencia, pero ¿cómo podemos hacer nosotros, los educadores, los trabajadores de Salud Mental, los maestros, los profesores?. ¿Cómo podemos hacer para combatir el bullying en las escuelas?.

Lo primero que tenemos que hacer es fomentar la educación emocional, desarrollando estrategias de comunicación para hallar a la persona que es víctima, pero también para aquellos que tienen la tentación o hayan incluido sus comportamientos en un acto del bullying, o sea que son acosadores, porque lo que sucede muchas veces es que trabajamos con la víctima del bullying, pero no nos dedicamos a trabajar con los abusadores; y también tenemos que prestar atención a esos niños, jóvenes o adolescentes que agreden al otro.

Tenemos que poder establecer estrategias de autorregulación para que la persona pueda aprender a defenderse, a hablar, a decir lo que siente y a poder transmitir lo que le está pasando. Tenemos que fomentar el desarrollo de la autoestima con actividades grupales con cero competencia y más aprendizaje para que los chicos puedan aprender a superarse sí mismos y no al otro. Tenemos que fomentar la empatía en la clase para evitar que los compañeros permanezcan impasibles ante estos hechos, que puedan saber que si alguien denuncia a un acosador no es un buchón, es alguien que está haciendo las cosas bien. Tenemos que educar en la no violencia y en la tolerancia porque, sin lugar a dudas, todos somos diferentes y los chicos también lo son, y tenemos que aceptar la diferencia para aceptarnos y querernos.

Fomentemos la comunicación, la sana autoestima y el manejo de las emociones para que, de una vez por todas, el bullying sea erradicado de nuestras aulas.

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