El gobernador de Chubut, Mariano Aricioni, busca desesperadamente un salvavidas para flotar en la crisis que él mismo creó, y propuso vía Twitter derogar la ley de zonificación que permite la megaminería e impulsar un plebiscito para “escuchar todas las voces del pueblo”. Sin embargo, esto era percibido en la provincia como una maniobra distractiva, ya que el Poder Ejecutivo no puede abolir una ley, ni siquiera esta, que fue aprobada en un trámite rápido, teñido de sospecha y corrupción. Por ello, mañana la Legislatura derogará la norma que el jueves había aprobado de sorpresa.
Con toda la ciudadanía movilizada desde el jueves pasado, el día que se aprobó la “zonificación” para permitir la minería metalífera en la meseta de Chubut, el gobernador Aricioni intentó dar rápidamente vuelta la página de la crisis política. A media mañana se conoció que intentaba demorar por seis meses la aplicación y llamar a un plebiscito de la ley.
Pero la maniobra del gobernador, a quien nadie llama del Gobierno Nacional, excepto por su amigo personal, Sergio Massa, sólo parece haber indignado todavía más a las asambleas, que insistieron en la derogación de la zonificación o nada y acusaron al Ejecutivo provincial de maniobrar para tratar de bajar la tensión.
Si Arcioni pretendía salir indemne de esta, quedó claro que con esta maniobra quedó todavía más dañado. Es un náufrago en un mar que él mismo llenó de agua. Ya aparecieron pancartas en las calles con una nueva consigna: ¡que renuncie!
La institucionalidad que el propio Arcioni quebró con el tratamiento express de la ley que habilita la megaminería en la provincia, una actividad odiada por una abrumadora mayoría por los posibles impactos en la disponibilidad del agua en un territorio desértico, se le está volviendo en contra. El gobernador ya no tiene cómo dar la cara ni siquiera a la gente que lo votó.
Las próximas horas serán claves en Chubut, ya que mañana es el último día de sesiones legislativas y ya hay por lo menos dos proyectos de ley presentados para derogar la zonificación, que se volvió tan tóxica como los químicos que emplean en la megaminería. Según confirmó elDiarioAR mañana se daría la derogación. Hay una sesión convocada de manera virtual en la que se trataría el tema
Un dato político clave, además, es que por lo menos un voto en la legislatura ya se dio vuelta. Es el de la diputada Gabriela De Lucía (Interbloque Chubut al Frente), que anunció que cambiaría su voto, luego de que los empleados del Supermercado La Anónima, que pertenecen a su gremio, dijeran que ella no los representaba más.
El otro dato político interesante es que el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, que es mellizo del vicegobernador, también se echó para atrás. Esta fue la primera ciudad que anunció su adhesión a la zonificación pero las masivas movilizaciones también lo hicieron recular.
La ruta 3 está cortada por los sindicatos pesqueros, que desde el fin de semana están de paro total. En Esquel está bloqueada la ruta 40, hasta por los camioneros chilenos, que dicen que si ellos no pueden pasar, no pasará nadie. El estado casi revolucionario que se vive en la provincia no escapa a ningún sitio. Las movilizaciones seguirán hasta que llegue la derogación. Con este estado de cosas, tan caldeado, ninguna Asamblea aceptará una medida dilatoria.
“Estas son movilizaciones históricas desde la vuelta de la democracia”, indicó Pablo Lada, dirigente de Trelew. El antecedente del Mendozazo, ocurrido en diciembre de 2019 cuando también se pretendió habilitar una ley para hacer megaminería en la provincia, que se dio vuelta con una enorme movilización popular, está en la mente de todos. Que se repita ese escenario parece hoy la única forma de salir de esta crisis en Chubut.
Fuente: El Diario AR
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