La escuela funciona en el predio de La Oveja Negra, en la Margen Sur, y uno de sus referentes, Julio Rocha, invitó a la comunidad y especialmente a las personas con discapacidad a formar parte de las actividades.
En declaraciones a ((La 97)) Radio Fueguina, Rocha comentó que “somos escuela de equitación criolla y centro de equinoterapia y, por ahí, es medio difícil de explicar con palabras la satisfacción que te produce ver la expresión de los chicos que la practican”.
“En la Argentina a veces nos creemos muy superados, pero no somos tan así, es medio un tema tabú tener alguna persona con una discapacidad en la casa”, expresó el referente, y respecto de su experiencia personal comentó que “yo tuve la suerte de criarme con un caballo y, después, por una cuestión de que mi señora trabajó mucho tiempo en el CAAD con chicos con alguna capacidad diferente”.
“Lo que más me llamaba la atención es por qué de puertas hacia dentro ese chico, por qué ese chico no podía disfrutar todo lo que disfrute yo con un caballo, entonces me surgió la idea, la inquietud, de cómo se hacía, de cómo se podía hacer, hasta que pudimos capacitarnos”, relató Rocha.
“Nos fuimos a capacitar a Buenos Aires, en la sociedad Argentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados y empezamos a soñar con este proyecto y a la hora de concretarlo siempre son los amigos los que te ayudan a concretarlo -amplió el formador-. Somos seis profes que tenemos cursos de equinoterapia, instructores de equinoterapia, tanto en Buenos Aires como en Córdoba, en la fundación cordobesa de equinoterapia y en la asociación Argentina de Equinoterapia”.
En diálogo con Marita Romero, durante el programa radial “Un Gran Día”, el profesor destacó que “todos los días seguimos aprendiendo algo nuevo, pero con la satisfacción que te produce ver a un chico con una capacidad diferente poder disfrutar del amor de un caballo, así que más que satisfecho con esta actividad”.
“Uno ahora se pone a ver los precios que tienen en las terapias y todas esas cosas y ahí uno entiende él por qué a veces es una discapacidad puertas hacia dentro, de que no saquen a los chicos -consideró Rocha-; entonces hay que buscar el equilibrio dedo en todo esto para poder llevar adelante esta actividad, que puedan participar todo, que sea una actividad que tiene que tener un costo, porque el mantenimiento de un caballo es elevado, pero hay que buscar un equilibrio, para que todos puedan disfrutar de esto”.
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