La motivación es un elemento esencial para definir a una persona como inteligente emocionalmente. En tiempos de crisis, como los que estamos viviendo, debe ser un valor que vaya en aumento debido a que las exigencias que propone la crisis en sí misma nos obligan a redoblar nuestras energías en nuestra motivación.
La motivación tiene dos modos de presentarse, puede ser intrínseca y extrínseca, o sea que tiene que ver de dónde proviene. Cuando hablamos de inteligencia emocional nos referimos puntualmente a la motivación intrínseca, es aquella que viene de adentro nuestro, son aquellos valores, aquellos deseos, aquellas cosas que nos motivan desde adentro. La motivación extrínseca, por otro lado, es la que viene del medio ambiente, las cosas que nos rodean nos pueden llevar a mayor o menor.
La motivación es un elemento en constante movimiento, es dinámica, es una energía que tiene que fluir todo el tiempo y de esa manera crecer, por eso es importante poder saber cómo hacer o qué elementos tenemos para que pueda crecer nuestra motivación y, de esa manera, llegar a ser más inteligentes emocionalmente.
El primer elemento que vamos a mencionar es dosificar las energías. ¿Qué quiere decir esto?. Saber bien en qué vamos a gastar y usar nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra fuerza física y nuestra inteligencia. Dosificar las energías tiene que ver con priorizar, con saber qué va en primer lugar, en el segundo o el último; inclusive saber qué cosas no tenemos que hacer.
Otra de las cosas importantes para que la motivación crezca es no escatimar en el esfuerzo que tenemos que poner para lograr un objetivo. Cuando nosotros sabemos a dónde queremos llegar es importante que en eso pongamos toda la energía, la fuerza, las ganas, que nos levantemos temprano, que estudiemos, que hagamos todo lo que está a nuestro alcance para que ese objetivo se pueda cumplir.
Como hablamos de las energías, es importante saber que no debemos gastar la energía en quejarnos. El ser humano es propenso a mirar muchas veces el medio vaso vacío y, de esa manera, nos quejamos. Cuando nosotros llegamos a la queja, perdemos mucha energía emocional y esa energía no se recicla para lograr el objetivo que tenemos en mente. Por eso es importante que aprendamos a no quejarnos, en vez de eso tenemos que poner toda la fuerza en lograr aquello que deseamos, tenemos que aprovechar los momentos de alegría para que pueda aumentar el caudal de actividad. Recordemos que cuando estamos alegres sentimos mayor seguridad y eso hace que podamos funcionar de manera mucho más efectiva. Aprovechemos los momentos de alegría para generar mayor cantidad de actividad.
Además, es importante rodearnos de personas nutritivas, personas que nos hagan bien, que ellas mismas nos motiven a lograr más, a crecer, a avanzar. Siempre tenemos algún amigo, un mentor o alguien que nos acompaña, que nos motiva y nos llena de energía. Es importante distinguir dónde están estas personas y rodearnos de ellas. Por el contrario, cuando vemos personas que nos quitan energía, que nos tiran, como decimos, malas vibras, que hacen que nosotros nos sintamos muy mal con todo lo que hacemos, es importante que pongamos límites y nos alejemos.
Por último, es muy bueno que podamos disfrutar el camino que vamos caminando hacia la concreción de todos nuestros objetivos y deseos, y el camino se disfruta, la motivación crece y podemos hacer las cosas de manera mucho mejor, y lo vamos disfrutando, y vamos siendo felices en el transcurso de nuestra vida. ¡Que nuestra motivación pueda crecer para así poder lograr más y más cosas!.
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