Publicado en
Historias de vida

Emoción de la mamá del intendente por el centenario de la ciudad

Los festejos por los cien años de Río Grande traen a la memoria muchas historias personales y ejemplos de vida. En este caso, la madre del intendente Martín Perez nos cuenta algunas intimidades de su experiencia.

La madre del intendente de Río Grande, Norma Tronco, se manifestó “muy emocionada” por el cumpleaños de la ciudad y los festejos por los cien años. “Estos días han sido de muchísimas emociones, no me imaginaba, pero realmente a medida de que se acercaba el cumpleaños era como revivir un montón de cosas”, señaló.

Trunco trabajó en el colegio Don Bosco hasta el año 2017, cuando obtuvo su jubilación. “Tuve esa suerte de que, juntamente con mi trabajo, mis hijos iban desarrollando su primaria, su secundaria, los cuatro”, expresó la vecina.

Respecto del comienzo de la historia familiar en la provincia más austral del país, la mujer relató que “nosotros en el año 1980, primero se vino mi esposo, un 4 de julio llegó acá, y yo me quedé en Entre Ríos, con mi primer hijo, que tenía dos meses, que era Martín (Perez), y en el mes de noviembre del mismo año viaja mi esposo unos días antes a Entre Ríos y yo decidí a venirme para estos lugares, que era todo un desafío”.

“Cuando llegué a este lugar, la verdad, que me enamoré desde el primer día -comentó Tronco-, me encantó el lugar, era muy chiquitito, 8 o 9 mil habitantes en aquel momento, y la verdad que, en este día, recordamos eso, recordamos nuestros primeros tiempos y toda la gente que comenzamos a conocer en este lugar, gente realmente maravillosa que hasta el día de hoy uno sigue acompañando en cada momento”.

Inicialmente la familia del intendente vivió en la esquina de Moyano y Thorne, donde ahora funciona un centro odontológico. “Hace poco que elijo por mi obra social un odontólogo y, cuando me da la dirección que voy, le dije que estaba en el mismo lugar donde yo vivía el primer tiempo, y no lo podía creer”, señaló la vecina.

Norma agregó que “en ese lugar vivimos, después nos trasladamos a otra casita que alquilábamos y, por último, había que anotarse porque entregaban el traspaso del barrio 2 de Abril y nos anotamos, como en tantas familias que estábamos sin vivienda, y nosotros salimos sorteados con una vivienda de un dormitorio, que para nosotros era una mansión digamos, porque era nuestra primera casa y con todo el amor la recibimos, y vivimos ahí dos años hasta que hicimos el cambio a las casas del Intevu 10 que es donde actualmente vivimos”.

Comentarios