Después de la alegría vino la sorpresa y la desilusión. La comunidad toda, y particularmente quienes defienden los derechos igualitarios, habían festejado la celebración, en Ushuaia, del casamiento por Iglesia de un hombre y una mujer trans, con todos los ritos del culto católico.
Horas después, sin embargo, el Obispado de Río Gallegos (bajo cuya órbita se encuentran las iglesias de Tierra del Fuego) se expresó en términos rotundos, desautorizando la ceremonia, a pesar de que en algunos medios se afirmó que el Obispo Jorge García Cuerva había prestado su conformidad para la celebración.
Los contrayentes son dos personas conocidas en nuestra provincia, Pablo López Silva, secretario de Educación de Tierra del Fuego y Victoria Castro, subsecretaria de Diversidad, quien en 2019 se convirtió en la primera candidata trans para una elección general en Tierra del Fuego.
En una ceremonia “que no quedó registrada como un matrimonio en los “documentos eclesiásticos” oficiales, un hombre se casó con una mujer trans e incluyeron los ritos católicos”, informaba este sábado la agencia nacional de noticias Telam, que además consignaba que al oficio concurrieron parte del gabinete del gobierno provincial, e incluso el propio titular del Ejecutivo, Gustavo Melella.
La Parroquia Nuestra Señora de la Merced fue el escenario de la sentida ceremonia que se transmitió en vivo por redes sociales y que estuviera presidida por el cura párroco Fabián Colman, puesto ahora bajo la severa lupa del Obispo.
“Es un momento muy significativo para el colectivo LGBTIQ+, porque es un lugar que se nos venía negando, como tantas otras cosas. Por eso lo pensamos como un acto de reconciliación y como un regreso a casa, en este caso la casa de Dios”, fueron las palabras de la flamante novia, y funcionaria, quien llegó al altar totalmente vestida de negro y contó con el acompañamiento de los 3 hijos de la pareja..
Con todo, el Obispado se cuida de omitir la expresión “boda” o “ceremonia religiosa”, refiriéndose al evento como “acontecimiento” o “celebración” a secas.
“El sacerdote en cuestión ya fue advertido convenientemente”, advierte la nota que lleva la firma de García Cuerva, quien ofrece a los feligreses la “bendición de Dios”, pero deja en claro que “en este acto no se trata del sacramento de matrimonio tal como lo cree y sostiene la iglesia”.
La reacción del Obispado, resulta distante de la postura del Papa Francisco, quien el año pasado se manifestara en favor del matrimonio igualitario, aunque no autorizó expresamente la celebración del }sacramento del matrimonio en estos casos.
El comunicado expresa lo siguiente:
Desde la sede episcopal de la diócesis de Río Gallegos, y en referencia al acontecimiento sucedido en el día de ayer en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de la Ciudad de Ushuaia, al haber tomado conocimiento del mismo expresamos que no se autorizó desde este obispado dicha celebración.
Al tiempo que acompañamos a todas las personas sin excepción alguna en su legítimo deseo de recibir la bendición de Dios, dejamos constancia que en este acto no se trata del sacramento de matrimonio tal como lo cree y sostiene la iglesia.
El sacerdote en cuestión ya fue advertido convenientemente.
Como pastor propio de esta iglesia diocesana quiero hacer llegar a todo el pueblo de Dios que peregrina en Santa Cruz y Tierra del Fuego mi cercanía, pidiendo que todos recemos para que siempre mantengamos la caridad cristiana hacia nuestro prójimo, acompañando sus dolores y sufrimientos, sus gozos y esperanzas y a la vez conservando el depósito de la enseñanza de Jesús, el Señor.
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