Eulogia Díaz tiene 90 años y vive en Guachipas, un pueblito de menos de 2.000 habitantes en el centro-oeste de Salta, hasta donde llegó el coronavirus y donde ella pudo vencerlo.
Durante 25 días, Eulogia estuvo aislada y desmejorada en su casa, bajo el cuidado de su familia. Y pudo salir adelante; con mucho sufrimiento pero estoicamente soportó los embates de la enfermedad que tiene en vilo al mundo.
«Ahora estoy guapa, este virus que viene de lejos me agarró mal, y me tiró a la cama. Mi nieta se desvive por cuidarme y ya estoy mejorada. Yo no salgo a ningún lado y me enfermé», comentó al diario El Tribuno cuando trascendió su recuperación.
«Este virus es jodido, mire adónde vino a parar para alterar nuestra vida», agregó la valiente abuela que, además, tiene su propia receta para vencer al Covid-19 o, al menos, para ayudar en su recuperación.
«Tomar arrope de chañar, vapor de eucaliptus y a la mañana una cucharada de miel con limón y aceite. Con eso me curé, por supuesto rezar a Diosito y el amor de mi familia, fueron suficientes», concluye Eulogia en su hogar salteño.
Además, ya está dispuesta para donar plasma y así salvar otras vidas: ya le pidió a su nieta que averigüe «eso del plasma» porque, si los médicos se lo permiten, va donar.
Vale advertir que Guachipas es una localidad con características etarias particulares: muchos de sus pobladores superan los 100 años. «Vivir de lo que la tierra nos brinda es lo que nos hace durar tanto tiempo», comenta Eulogia al respecto. Y seguramente tiene razón.
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