José Luis Randazzo, gerente general de VENG, la empresa de servicios y desarrollos tecnológicos con participación pública y privada que está a cargo de la operación del centro de control de la misión Saocom, liderada por la Conae, aseguró hoy que «lo que parecía una utopía deja de serlo» y destacó que «la ciencia y la tecnología trascienden fronteras y le dan calidad a un país».
La misión, por la que el próximo viernes se lanzará el Satélite Argentino de Observación Con Microondas (Saocom) 1B desde el centro espacial de Cabo Cañaveral, Estados Unidos, cuenta con múltiples actores y empresas que nacieron para producir algo en particular.
El satélite obtendrá y emitirá imágenes de muy buena calidad e información sobre los niveles de agua del suelo, fundamental para el agro, y además, permitirá obtener información sobre la presencia de buques en zonas de jurisdicción argentina.
El Invap, contratista principal, aportó la instalación electrónica de la antena, responsable del segmento de vuelo y además hizo el diseño, la construcción y ensayos de la plataforma de servicio, corazón de cada Saocom.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) se encargó del diseño de las estructuras, de los mecanismos de la antena y la fabricación de los módulos radiantes.
Y VENG, una empresa que tiene a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) como inversionista mayoritaria, brindó servicios de ingeniería en sistemas, apoyando a la jefatura del proyecto.
Randazzo, de profesión contador, explicó que VENG se preparó y se adecuó para cubrir gran parte de las necesidades que tenía la misión y detalló la tarea en cuatro rubros que estuvo a cargo de la empresa, que significó la ocupación de muchas personas y años de labor.
«En primer lugar, el trabajo de hardware, que es el soporte técnico profesional en la ejecución de los procesos de verificación y validación de la Antena SAR (SyntheticAperture Radar) 1A y 1B, -el instrumento principal de la misión Saocom-, realizando el diseño y ensamble de los componentes, la integración total de las antenas, ensayos ambientales y de calificación, de control y de logística», precisó Randazzo.
Esa antena se envió luego a Bariloche con personal de la empresa, de la Conae y el Invap, donde se terminó de integrar el satélite completo. «También hubo que hacer desarrollos de toda la infraestructura que queda en tierra, para recibir la información que manda el satélite y hacer un seguimiento de toda su vida útil», agregó.
«En segundo término estuvo la ingeniería y puesta en marcha del centro de control de misión Saocom en Córdoba que no sólo es preparar el satélite, sino todo lo que tiene que ver con su operación», contó Randazzo.
Y detalló que en esa área «trabajaron operadores aportados por VENG en tareas de ingeniería, como la especificación y monitoreo de desarrollos de software, posterior aceptación, validación e integración de IT».
En tercer lugar «tuvimos a cargo la operación del centro de control de misión Saocom, en el esquema 24/7 (24 horas, los 7 días de la semana)».
«La cuarta pata de toda esta tarea será hacerse cargo de la comercialización de los productos Saocom, ya que si bien la misión fue concebida por la Conae pensando en las necesidades de la Argentina y en los requerimientos de usuarios concretos, hay una oportunidad de contactar interesados en la información de Saocom a nivel global», puntualizó.
El gerente general de VENG sostuvo que ya comenzaron a contactar a usuarios comerciales y se recibió una buena respuesta. «Hay muchas empresas interesadas en usar esa información, o en ser desarrolladores, socios de negocios. Ya hemos vendido algo de información y es bastante promisorio», dijo.
Al respecto, indicó que en caso de concretarse «sería una exportación de alto valor agregado, de tecnología elaborada en la Argentina y por argentinos».
Sobre las características del satélite, Randazzo especificó que es «exponencialmente mayor comparado con los satélites anteriores que veníamos produciendo, ya que se trata de un satélite radar SAR en banda L, con características orientadas a los requerimientos que el país necesita».
«Pero también despertó mucho interés en la comunidad científica internacional, ya que -sacando uno similar de los japoneses- es el único existente en el planeta en este momento con esas características», señaló.
«La Argentina no sólo está en el selecto grupo de países que puede desarrollar satélites de radar, sino que se enfocó en hacer algo que muy pocos han hecho y esto tiene que ver con la banda L y el tamaño de la antena que posee una superficie de 35m2, pesa 1,5 toneladas y está compuesta por siete paneles. La resolución máxima es de 10 metros, y el tiempo de revisita máximo con los dos satélites en órbita es de 8 días», detalló.
Randazo contó a Télam que una vez que el cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX lance el Saocom 1B -lo que está programado para el viernes-, y se separe del lanzador, personal de VENG desde el centro de control de misión de Córdoba va a tomar el control del satélite y comenzará a desarrollar una serie de actividades críticas, como el despliegue de los paneles y de la antena, calibrarlos y alistarlos. «Una vez transcurrido ese lapso de unas 36 horas, estará listo para producir», acotó.
El desarrollo de la Misión Saocom demandó 17 años de trabajo, participaron más de 80 empresas tecnológicas y unos 800 especialistas en distintas ramas de la ingeniería, física, matemática e informática.
«Actualmente VENG cuenta con 400 profesionales trabajando de los cuales unos 180 están en Córdoba abocados a la Misión Saocom», dijo Randazzo, quien puso de relieve que se trata de un proyecto muy importante para la empresa ya que «nos deja un montón de aprendizajes, acrecentamos mucho nuestro plantel y contamos con más recursos humanos calificados para la industria espacial».
«Pero también tienen aplicación en otras industrias de tecnología de alto valor agregado, como las aeronáutica, electromedicina y automotriz. Claramente son un derrame de la actividad espacial y de la ciencia desarrollada en esta misión», sostuvo.
Para Randazzo, «trabajar como argentino en un proyecto de alta tecnología a la par de cientos profesionales de tanta calidad, con tanta pasión por su bandera y por lo que hacen, es un plus que hace que esto sea posible».
«Es muy motivador este compromiso de poder llevar tu tecnología al mundo, con un equipo tan grande detrás; fueron muchos años de trabajo y ahora es ver que lo que parecía una utopía deja de serlo», finalizó.
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