Casi un tercio de los guías de turismo independientes de la ciudad de Ushuaia decidió nuclearse en una plataforma digital para visibilizar una serie de emprendimientos productivos con los que piensan autosustentarse mientras dure la paralización de la actividad como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
Los profesionales crearon así «Mercado de guías Ushuaia», una página de Facebook y una cuenta de Instagram donde promocionan decenas de productos y servicios que ofrecen a la comunidad, y que también les sirven para ayudarse entre ellos y para sobrellevar la incertidumbre y el miedo asociados a la época actual.
«La mayoría somos profesionales independientes que facturamos por nuestros servicios. No somos empleados de planta de una agencia. En marzo se canceló la actividad y con ello todo nuestro trabajo», sintetizó Rosaura Schettini, una de las guías responsables de la iniciativa.
Algunos ya tenían emprendimientos con anterioridad a la pandemia, para otros eran simples hobbys y la necesidad obligó a un último grupo a explorar distintas posibilidades económicas.
«Nos juntamos 36 de los alrededor de 115 guías de Ushuaia que estamos en la misma situación. La idea fue siempre visibilizar los emprendimientos de manera grupal, como colectivo, para difundir lo que nos pasa y lo que hacemos para sobrellevar la pandemia. Desde el 5 de agosto estamos funcionando a pleno», detalló Schettini.
En las redes sociales de la iniciativa se ofrecen desde alimentos caseros, artesanías, muebles, juguetes, lanas y cosméticos, hasta servicios como sesiones de reiki, clases de idioma, manicuría, origami e impresiones gráficas, entre otros.
«Algunos recibimos los créditos del Fondo de Auxilio para Prestadores Turísticos (APTur) instrumentados por el Gobierno nacional y pudimos invertir en insumos o maquinaria. Tuvimos que aprender mucho de redes sociales. Además de lo laboral, es una manera de ayudarnos y de tener una actitud de resiliencia y de reinvención», aseguró la guía que junto a Quique, su pareja también vinculada al turismo, crearon «Buena madera», un emprendimiento dedicado a la fabricación de muebles artesanales.
Según contó la mujer, el trabajo en madera era un hobby de Quique, heredado de su abuelo y de su padre.
«Hacemos muebles funcionales para las casas, por lo general pequeñas, de Ushuaia. Usamos madera de pino. Yo estoy aprendiendo y también me ocupo de la publicidad y de los contactos. Es una forma de conectarnos con algo, no solo por una cuestión monetaria», completó Schettini.
Pablo Cambas, otro guía de turismo desocupado por la pandemia, le contó a Télam que junto a su hermana decidieron desempolvar el oficio de sus padres, que durante 35 años se dedicaron a la tapicería y ahora están jubilados.
«Hace dos meses fundamos ‘Los Cambas’. Hacemos tapizados de muebles. Usamos una máquina de coser de mis padres y otras herramientas. El primer mes fue un desastre pero aprendimos y ahora nos va bien. Reinvertimos en maquinaria. Estamos muy contentos», relató Pablo sobre su experiencia como emprendedor.
Por su parte Antonella Aliendro dejó de guiar turistas y creó «Tutto pasta», un negocio que se dedica a la fabricación y venta a domicilio de raviolones caseros.
«Lo hago junto a mi padrastro. Pensamos agregarle más productos y más adelante invertir en equipamiento», confió Aliendro.
En «Mercado de guías» también hay personas que se dedican a fabricar y distribuir productos veganos, ofrecen sesiones de terapias complementarias como el reiki o dan clases de idiomas.
La guía de turismo Vanesa Bogado es la titular de «Magia sobre patines» y vende «cubre botas o cubre filos para patines de hielo, entre otros repuestos del rubro.
«También tengo un segundo emprendimiento dedicado a la venta de ropa para bebés. Es una forma de ayudarnos y de ganar algo de dinero», reconoció en diálogo con Télam.
Desde que no guía excursiones con turistas extranjeros, Marcela Núñez elabora panes de harina integral, pre pizzas y otros productos naturistas para «El refugio de Machi».
«Desde que comenzó la pandemia hice más actividad física, bailé, cociné y traté de enfocarme en lo natural. Por eso este emprendimiento es mi propio refugio, una síntesis de todo lo que vengo haciendo», afirmó Núñez.
Los guías de turismo del Fin del Mundo ven lejana una temporada redituable el próximo verano, y se imaginan una actividad que regresará con «protocolos estrictos», con el «uso generalizado de barbijos, distanciamiento social y contingentes menos numerosos que bajarán la rentabilidad de las empresas».
«No sabemos cuándo vamos a volver a trabajar. Por eso esta iniciativa es una forma de permanecer positivos, de mantener el espíritu de grupo y de no bajar los brazos. Esta pandemia no nos va a vencer», aseveró Schettini.
(Télam)
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