Luego de casi tres años, la Justicia provincial decidió absolver a Juan Marcelo Guerrero Oyarzo, más conocido por la comunidad como el «comisario WhatsApp», aquel que supo ser noticia a nivel nacional por su novedosa modalidad para combatir el crimen.
Guerrero había sido encontrado culpable del delito de omisión de auxilio a autoridad civil competente por el Tribunal Oral de la ciudad de Río Grande hace poco más de un año, siendo condenado a la pena de un año y medio de prisión en suspenso.
Pero además de esa carga, pesaba sobre Guerrero una inhabilitación para cumplir cargos dentro de la administración pública, situación que de todas formas ya aplicaba «de hecho» por una suspensión dispuesta por la cúpula policial y que hasta hoy lo mantenía alejado de la fuerza.
Sin embargo, hoy el Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego decidió anular la condena y absolver definitivamente a Marcelo Guerrero, según confirmó su abogado, el Dr. Francisco «Paco» Giménez.
En la resolución publicada por el letrado, se lee que los integrantes del Tribunal disponen hacer lugar a las acciones interpuestas por la defensa de Guerrero y deciden «absolver a Juan marcelo Guerrero Oyarzo en orden al hecho por el que fuera requerido a juicio».
La causa por la que estaba condenado
El episodio por el que comenzó a ser juzgado ocurrió en mayo de 2017, cuando la Justicia fueguina le encomendó al comisario custodiar a una mujer que ya había sido víctima de violación por parte de su ex pareja.
Según la acusación del fiscal mayor Guillermo Quadrini, Guerrero decidió «unilateralmente» que la custodia no tuviese carácter permanente y, en uno de los momentos en que el domicilio estaba desprotegido, la ex pareja atacó a la mujer y abusó nuevamente de ella sexualmente.
En el inicio del juicio, el «comisario Whatsapp» dijo que nunca recibió un oficio judicial ordenándole establecer una custodia permanente en la casa de la mujer atacada, sino una «orden verbal» por parte de la comisaria que estaba a cargo de la Comisaría de Minoridad y Familia de la ciudad.
Según su versión, la Justicia remitió dos oficios: uno a Minoridad y Familia disponiendo la custodia de 24 horas y otro a su comisaría pidiendo «rondas periódicas cada tres horas».
Guerrero explicó que cumplió con el oficio que recibió y que, respecto de la orden verbal de su colega, no pudo hacerlo porque «tenía siete policías a cargo y solo tres de ellos podían salir a la calle».
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