Pese a ser señalada como una idea descartada por el presidente Alberto Fernández, el nuevo billete de 5.000 pesos parece tener un desarrollo bastante avanzado.
El diario La Nación accedió a actas del Banco Central, intercambios entre despachos públicos y fuentes que permiten determinar que ya se compraron el papel y las tintas -para lo cual el Estado invirtió alrededor de nueve millones de dólares (seis pesos la unidad) y quedó definido su diseño, medidas de seguridad y cronograma de entrega.
Se espera que la primera partida esté en manos del Banco Central a mediados de junio.
Razona el matutino que “la pandemia cambió la relación de la gente con el dinero, por lo que el público se refugia en ‘el físico’ y aumentó la demanda. Dicho de otra manera: si no circula la nueva denominación, podría faltar dinero”.
El 16 de abril, el directorio del BCRA aprobó la creación del nuevo billete de $5000 a través de la resolución 158. Al día siguiente, la entidad le envió instrucciones a Casa de Moneda para que le pase un presupuesto.
Esa nota del Banco Central también establecía las características del nuevo billete: sanitarista, fundacional y peronista. Tendrá en el frente las imágenes de Ramón Carrillo, el primer ministro de Salud de Juan Perón, acompañado por Cecilia Grierson, la primera médica argentina. En el reverso se recorta la figura del Instituto Malbrán.
El diario accedió a una de las primeras muestras, no la definitiva.
Según el cronograma de la entidad, las primeras remesas deberían ser 20 millones de billetes en junio; luego 60 millones en julio, la misma cantidad en agosto y otros 60 millones en septiembre.
El 23 de abril se redactó la resolución 173 del Banco Central. Allí se aprobó la contratación de Casa de Moneda y el encargo de 200.000 millares de billetes, una cifra superlativa.
El lunes de la semana pasada el Banco Central firmó la conformidad con las pruebas que le entregó Casa de Moneda.
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