Según un estudio realizado por la entidad el año pasado, adelantado por Ámbito Financiero, las nuevas tecnologías se están concentrando en los mercados más desarrollados, mientras que el resto del mundo viaja en el furgón de cola.
En ese trabajo-denominado “ADEFA: visión estratégica 2020/2030”- se plantea que mientras las inversiones y la demanda de vehículos eléctricos o híbridos, en los próximos años, se concentrarán en las potencias automotrices, la Argentina puede hacerse fuerte en la producción de vehículos con motorización tradicional, para abastecer a mercados emergentes.
El argumento que se sostiene en el estudio, elaborado por la consultora ABECEB, se basa en que, por el atraso en infraestructura y costos, mercados como Latinoamérica, África y, en menor medida, Oceanía, seguirán consumiendo vehículos con motores a combustión.
Por eso, se plantea como objetivo capturar la demanda de países emergentes con tecnología ICE (Internal Combustion Engine) o motores a combustión interna. Esto, teniendo en cuenta que las inversiones de las marcas en vehículos con nuevas tecnologías se dirigirán a los países centrales.
La venta de vehículos eléctricos crece velozmente, más de lo previsto, y se estima que arribará a un tercio del mercado automotor mundial para 2025 y que rozará el 51% en 2030, cuando superen a los vehículos alimentados por motores a combustión interna.
Así lo destaca el informe de Boston Consulting Group (BCG) “Who Will Drive Electric Cars to the Tipping Point?”, que eleva las precedentes estimaciones de 2017 (según las cuales el vehículo eléctrico alcanzaría un cuarto del mercado para 2025 para permanecer por debajo del 50% hacia 2030).
La aceleración se debe en particular al apoyo de los incentivos estatales, así como a las reglamentaciones cada vez más severas sobre las emisiones al medio ambiente que impulsan a los productores a concentrarse sobre el vehículo eléctrico.
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