La producción nacional de computadoras el año pasado fue casi seis veces más baja que las importaciones. La industria informática argentina espera –con el nuevo gobierno- poder «reindustrializar» la actividad que cerró el 2019 con una producción de 350.000 equipos, frente a 1,7 millones de máquinas importadas.
Un proyecto de Ley en tal sentido, presentado por la cámara que agrupa a las fabricantes de dispositivos y maquinaria para oficinas (Camoca) permitiría el resurgimiento de la fabricación de computadoras en Tierra del Fuego, que en 2019 llegó a ser de cero unidades.
«La caída de la industria local comenzó con el decreto del año 2017», recordó el gerente de la Camoca, Carlos Scimonne, en declaraciones a Télam.
Respecto de Tierra del Fuego, comentó que la participación histórica de los equipos producidos en la isla llegó al 30%, para bajar al 15% en el 2015, por el «sustantivo crecimiento de las empresas interesadas en la producción de computadoras». La participación de la producción de la isla «se derrumbó en el año 2016 y llegó a casi su desaparición en el período 2017-2018».
Scimone recordó que en los últimos dos años la provincia de Tierra del Fuego no tuvo producción de computadoras, en línea con la suspensión el plan Conectar Igualdad.
Además por la implementación del decreto 117 del 2017, sobre la modificación de las alícuotas correspondientes al derecho de importación extrazona, se «redujo la producción a menos de la mitad (902.000) en ese año».
La invasión de importados
A nivel nacional, los datos al cierre de septiembre del 2019 indican 350.000 máquinas producidas en el país, 1,7 millones de importadas, más otras 900.000 que ingresan por contrabando o bien porque son adquiridas por argentinos de viaje en el exterior.
La entidad presentó a fines del año pasado un proyecto de ley para la «reindustrialización» del sector, en el cual promueven el arancel cero para los insumos, así como «aumentar el margen de preferencia de ley compre nacional, para productos de informática».
También procuran la «eliminación de las contribuciones patronales», porque «constituye una ventaja competitiva muy importante si consideramos que esta industria es trabajo calificado intensivo siendo una mejora en la competitividad».
Scimone mencionó la importancia de «agilizar y contribuir a que las importaciones temporarias para la fabricación de productos exportables sean fluidas y de rápida tramitación, y que su permanencia en el país se pueda mantener por un año y cancelarlas con la documentación de exportación y de la merma correspondiente».
«Nuestra posición es reactivar en forma prioritaria todas las industrias que se tecnificaron y están preparadas para producir dentro de las características de las industrias 4.0, que no son pocas», afirmó el dirigente empresarial.
Agregó que «paralelamente» deberían iniciar el «proceso de modernización» de los «entes técnicos disponibles en el país», para llegar al nivel tecnológico que permita ser competitivo buscando la calidad por tener históricamente esa virtud y disponer de la capacidad conceptual y conocimiento para ello».
Sostuvo que la demanda de computadoras en la Argentina entre los años 2013 y 2017 «ronda entre los 6 y 7 millones de equipos, entre tablets, portátiles, computadoras personales y servidores». «La fluctuación se da fundamentalmente en su origen, donde las importadas van desde 900.000 a 2.600.000, las nacionales desde 1.700.000 a 3.000.000 y las ingresadas sin declaración de SIM desde 1.400.000 a 2.000.000; esto cambia totalmente en el 2017 donde la cifra total llega a los 9 millones y la industria nacional cae a una tercera parte».
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