Por acuerdos políticos, más allá de las ideologías, es frecuente que una gestión entrante absorva a parte de los funcionarios que deja la saliente; pasa siempre. Sin embargo, este recambio de autoridades en Tierra del Fuego es la excepción.
La clara mala (e inexistente) relación entre la ahora ex gobernadora Rosana Bertone y el gobernador en funciones Gustavo Melella hizo que este escenario se tornara imposible, a tal punto que solo hay un funcionario político designado que se mantiene de la anterior gestión.
Se trata del Dr. José Claudio Cánovas, quien fue ratificado en el cargo el pasado viernes por el mandatario provincial y seguirá estando al frente del Servicio Penitenciario fueguino.
«Esto quiere decir que uno viene trabajando de buena manera no solo en cuanto a los privados de su libertad sino también para los agentes penitenciarios», resaltó a ((La 97)) Radio Fueguina el propio funcionario, quien tiene una impronta claramente humanista respecto al rol de las cárceles, algo que coincide con la óptica de Melella.
«Los internos y privados de su libertad son parte de esta sociedad y el día de mañana van a estar entre nosotros, por eso ponemos lo mejor de nosotros para cuando egresen», resaltó, y confirmó que está previsto tener encuentros con el Gobernador para tratar las dificultades que existen en el Servicio Penitenciario fueguino.
Un caso más de superación de «grieta»
Saltando los funcionarios de primera línea, en el caso de las secretarías, aparece otro ejemplo de superación de la «grieta».
Se trata de Laura Montes, quien fuera vicepresidenta del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) en la gestión Bertone y ahora ocupa la Secretaría de Obras y Servicios Públicos en la zona norte de Tierra del Fuego.
Comentarios