El informe de la Bicameral Investigadora de la Desaparición, Búsqueda y Operaciones de Rescate del Submarino ARA San Juan arribó a las posibles causas que provocaron su hundimiento, aclarando que “al no contar con la nave” se ve impedida “una única teoría concreta sobre la mecánica de los hechos que ocasionaran la pérdida de contacto y su posterior naufragio”.
Por ello, la comisión esbozó “una aproximación a las distintas posibilidades investigadas y su mayor o menor probabilidad”.
En un principio, resaltaron “el contexto general presupuestario que han venido padeciendo las Fuerzas Armadas desde el mismo retorno de la democracia a la fecha, en desmedro del mantenimiento de sus bienes de capital, armamento, capacitación, estructura y capacidad operativa”. Algo que “no ha sido responsabilidad de una sola administración en particular, ni de un único gobierno, ni siquiera de un partido político”, aclararon.
Reiterando la “imposibilidad de dictaminar definitivamente al no poder peritarse sus restos”, la bicameral sostuvo que “es indudable que la nave sufrió un incidente, que todo indica que ha sido un principio de incendio en el balcón de baterías de proa Nro. 3, que lo obligó a realizar la desconexión de la mitad de su sistema de propulsión. Un incidente que debe coincidirse resultó grave”.
Además, los submarinistas “se encontraban en medio de un temporal, con mar gruesa, a bordo de un submarino transoceánico”. El principio de incendio pudo haber sido causado “como supone el comandante, por el ingreso de agua durante la maniobra de snorkel, o por otra razón, de magnitud tal que deja con propulsión dividida a la unidad”.
La precipitación del submarino hacia el fondo “no podemos dudar que es consecuencia” de este incendio, indicaron, al tiempo que dijeron que el principio de incendio fue una situación que estuvo “controlada en apariencia”.
Según el informe, se hallaba duplicado el sistema de control de atmósferas en los compartimientos de baterías, pero de las hipótesis se desprende que el principio de incendio pudo haber provocado un daño en alguno de esos dos sistemas que medían el hidrógeno, uno que era manual y otro más moderno -instalado durante la reparación de media vida-.
“Con el principio de incendio válidamente pudo haber dejado de funcionar el ventilador, lo que ocasionaría asimismo la acumulación del gas hidrógeno”, agrega el documento.
Y explica que “sea la explosión o la contaminación de gas venenoso (en referencia al gas sulfúrico, producido por la entrada de agua salada), se produce inmediatamente debajo del cuarto de comando y donde se encuentra más del 90% de la tripulación, que venía fatigada”. “Cualquiera de las posibilidades, ante una explosión que incapacite al personal, haría que el submarino precipite inmediatamente al fondo”, añade.
FOTO: HCDN
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