La relación con los gremios aeronáuticos volvió a tensarse en Aerolíneas Argentinas, esta vez por la orden dada por el Ministerio de Transporte en las últimas horas de avanzar en un nuevo esquema de turnos en Ezeiza para atender un mayor volumen de vuelos.
La medida confirmada por la compañía a iProfesional, que apunta a absorber el traspaso de operaciones desde Aeropararque, implica en los hechos un cambio del convenio laboral con impacto en principio sobre 1.200 trabajadores, lo que amenaza con desembocar en un conflicto de magnitud con la Asociación Personal Aeronáuticos (APA), el mayor sindicato aeronáutico del país con cerca de 10.000 afiliados.
La idea de la compañía es demorar el ingreso y egreso hasta dos horas más tarde del personal de tierra, que hoy realiza turnos de 12 horas (de 6 a 18 y de 12 a 24), aunque tampoco descartan implementar un sistema de cuatro días laborables de ocho horas con dos francos (4×2), en lugar del actual de dos días laborables de 12 horas con dos francos (2×2).
De esa manera, se busca reforzar las operaciones en la terminal bonaerense, en donde ya existe un fuerte tráfico nocturno desde y hacia Eruopa y ahora se busca completar el traslado iniciado en septiembre pasado de vuelos regionales –principalmente a Brasil- desde Aeroparque, saturado por limitaciones estructurales.
«Aeroparque quedó chico para un volumen tan grande de operaciones, por lo que es necesario modificar turnos de trabajo en Ezeiza», señalaron a este medio fuentes de Aerolíneas.
La medida sorprendió al sindicato de APA, liderado por Edgardo Llano, que en respuesta envió una carta documento al presidente de Aerolíneas, Luis Malvido, en la que solicita una reunión urgente, y advirtió en un comunicado que realizará «todas las acciones necesarias para que ningún derecho se vea afectado». La entidad alineada a la CTA se anotició el lunes del reordenamiento a través de una comunicación interna de la empresa titulada «Adecuación en la operación de Ezeiza» en la que se menciona sin mayores precisiones un cambio de horario de todo el personal de base de la terminal bonaerense, a cargo de tráfico, cargas, reclamos, VIP, rampas y maletas.
«Quieren modificar los horarios de manera compulsiva sin consultar al gremio. Si no se sientan a discutirlo, esto termina en un conflicto», dijo a este medio el secretario gremial de APA, Pablo Dolagaratz. Una de las principales preocupaciones en la entidad es la importante cantidad de trabajadoras mujeres que en caso de efectivizarse los cambios anunciados concluirán sus tareas por la madrugada, dificultando su regreso a sus hogares y exponiéndolas a mayores riesgos de seguridad en las cabeceras por la baja frecuencia de colectivos a esas horas de la noche, y la ausencia de servicios de trenes o subterráneo.
La flexibilización de los horarios laborales en Aerolíneas representa un nuevo avance del Ministerio de Transporte, encabezado por Guillermo Dietrich, en su plan para reducir los costos laborales, lo que en los últimos meses derivó en fuertes conflictos con los gremios del sector aeronáutico.
Uno de los más fuertes lo desató la resolución 895 publicada el año pasado que facilitaba la reválida de licencias a pilotos extranjeros y que, luego de ser suspendida en diciembre, finalmente fue derogada el 16 de enero pasado para evitar un nuevo paro de 48 horas. Un escenario diferente al de las líneas de bajo costo, un sector en el que los sindicatos de empresa avanzan por estas horas en la negociación de los primeros convenios «low cost».
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