A más de diez años de la desaparición de Sofía Herrera, un equipo de más de 20 personas reactivaron la exploración en zona rural, en busca de pistas sobre el paradero de la niña.
Integrantes de las divisiones Rural, Servicios Especiales y Delitos Complejos de la Policía Provincial trabajan desde esta mañana en un extenso operativo comandado por el Juez de Instrucción Daniel Cesari Hernández. Colaboran con ellos técnicos del Conicet, de la policía Bonaerense y una ingeniera Geóloga de la Anac, entre otros expertos.
Las tareas de rastrillaje se llevarán a cabo durante toda la jornada en una zona rural cercana a Radman (a 80 kilómetros de Río Grande), extendida en una superficie de unos 30 kilómetros de radio.
El equipo de trabajo se movil9iza en camionetas especiales y están equipados con drones, geolocalizadores y un magnetómetro, entre otros elementos de alta tecnología.
Qué se busca
La zona a explorar en este primer trabajo de campo (de los 4 previstos para este mes) está dirigida a dos puntos situados a unos 70 kilómetros del camping John Goodall, donde desapareció Sofía. La zona de de rastreo abarca unos 30 kilómetros de radio.
El doctor Cesari informó esta mañana que se buscan “Rastros de cualquier tipo, desde metálicos hasta óseos” sin una hipótesis definida, pero basados en testimonios que llevan al lugar con algún grado de expectativa.
Según el Juez, la nueva búsqueda –en sector tan alejado del punto clave- se basa en testimonios aportados en noviembre pasado por un ex oficial de policía “que estuvo integrando el equipo de búsqueda en aquellos primeros días”.
Precisó que el testigo aportó “Información que no se contaba hasta el momento” y que en base a ella “Surgió la necesidad de ir a estos lugares que nunca antes fueron visitados en el marco de la investigación”.
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