Pasadas las 9 de la mañana de este jueves, finalmente se dio inicio a la segunda jornada del megaoperativo para dar con pistas que lleven a Sofía Herrera, dispuesto por la Justicia provincial.
Tras haber rastrillado dos puntos cercanos al límite con la frontera de Chile y distantes a unos 80 kilómetros de la ciudad de Río Grande, en la jornada de hoy el magistrado Daniel Césari Hernández ordenó nuevas diligencias, pero esta vez en cercanías al camping Jhon Goodall.
Poco antes de las 10 de la mañana una comitiva de unas treinta personas -incluidos periodistas locales y de la prensa nacional- se dirigían a una zona rural no precisada por el Juez donde se espera encontrar algún objeto útil para la investigación.
Tras las huellas de un ermitaño
El Juez supone (siempre en base al testimonio de un testigo) que la zona a peritar hoy habría sido el lugar de residencia de un sujeto que es de particular interés para la causa y que no puede ser hallado por la Justicia.
Se trata del mismo hombre que residió en las «taperas» que fueron supervisadas el pasado martes por las autoridades. En su momento, este ermitaño había sido vinculado a la causa, pero nunca de forma oficial.
En concreto, este sujeto habría declarado a un efectivo de la Policía Rural, ahora retirado, que tenía datos concretos sobre la desaparición de la pequeña. Sin embargo, su testimonio nunca fue recogido por las autoridades judiciales.
«No queremos generar falsas expectativas», dijo en las últimas horas el Juez a cargo de la investigación, quien de todas formas se mostró expectante ante la posibilidad de poder seguir un hilo conductor y una línea investigativa en una causa que hoy, y tras diez años de la desaparición de la niña, parece un callejón sin salida.
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