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Fin de una época: Cerró el Casino Club en Río Grande

El local de juegos despidió a todo su personal y cerró sus puertas, tal como sucedió antes en Ushuaia.

La novedad estaba al llegar y finalmente, hoy, cerró en Río Grande el Casino Club de Cristóbal López.

El llamado “zar del juego”, jaqueado por los problemas económicos, vendió un año atrás sus 170 empresas para pagar deudas con el fisco, aunque se quedó con los casinos de los cuales va cerrando poco a poco algunos locales.

Durante el año, el Casino Club ha cerrado sus puertas en La Rioja y Mendoza; en octubre pasado cantó la última bola en los dos salones de Ushuaia y este 1 de diciembre corrió la misma suerte el local de Río Grande, que fomentaba el vicio de los jugadores desde hace más de 20 años.

Las 12 personas que trabajaban en el lugar (afiliados a dos gremios) quedaron sin trabajo intempestivamente y no todos ellos habrían recibido aún su indemnización legal.

 

Tiempos mejores

Presente en Tierra del Fuego desde hace 25 años, en el pico de su evolución el Casino Club llegó a dar trabajo a más de 250 personas en Ushuaia y 60 en Río Grande. En las mismas salas de juego se organizaron shows musicales de relieve, con la presentación de figuras de primer nivel como Sergio Denis, Miguel Cantilo, Estela Raval, Gianfranco Pagliaro o Valeria Lynch.

Supo atraer a la clientela no sólo con sus mesas de juego, sino además sorteando dinero en efectivo entre los presentes, con lo que logró mantener repletos sus salones aunque no todos jugaran, a la espera de ganarse unos pesos en el sorteo.

En 2013, entre los planes de expansión del Casino Club figuraban la construcción de un gran hotel casino y por ello se cerró el histórico hotel Ibarra y fueron desalojados todos los locales comerciales ubicados en calle Rosales al 300. El proyecto -sin embargo- nunca se concretó y por estos días las dos cuadras afectadas siguen (y seguirán quizás por mucho tiempo) sumidas en la penumbra y la inactividad, a pesar de su privilegiada ubicación frente a la plaza central de la ciudad.

 

Destino incierto

Beneficiario de hipermillonarios negocios durante el gobierno kirchnerista, el empresario Cristóbal López comenzó su decadencia con el cambio de gobierno, a principios de 2016.

Perseguido por el Fisco por sus deudas en impuestos y aportes previsionales, a fines de 2017 se anunció que el empresario K se había desprendido de gran parte de su emporio de 170 empresas, entre ellas el canal de cable C5N. Sin embargo, se quedó con las empresas de juego, como el Casino Club.

Los casinos –se cree- siguieron siendo propiedad de López, en sociedad con Ricardo Benedicto y socios minoritarios como Ricardo Forestier.

Hoy, con el cierre de varios de los locales de Casino Club, su verdadera titularidad (y el futuro del grupo empresario) son un misterio. Circularon versiones de que el inmueble ubicado en calle Fagnano en Río Grande ha sido transferido a un empresario local (también relacionado con el juego) pero ello nunca fue confirmado.

En tanto, se siguen apagando luces en el entorno de la esquina de Fagnano y Rosales, uno de los sectores de mayor valor histórico y económico de la ciudad.

 

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