La del martes no fue una discusión fácil ni mucho menos cómoda. Casi el ochenta por ciento de los ministros de Economía de las 24 provincias intentaban convencer al ministro del Interior y a funcionarios de Hacienda de que el ajuste que exige el FMI no debe pasar por las cajas provinciales ni por el gasto social.
Después de la conmoción provocada por el anuncio de la desaparición del adicional por zona en las asignaciones familiares y la reducción del fondo de la soja, los gobernadores (más que nada los peronistas) entendieron que deben funcionar en bloque o exponerse a que los funcionarios nacionales impongan su voluntad, poniendo al borde del abismo a las economías regionales.
Con esa premisa fueron al encuentro del martes, buscando un discurso unificado, frente a un preocupado Frigerio en la cabecera de la mesa. Sabían, sin embargo que había ausencias notorias, teniendo a algunos mandatarios mucho más proclives a un entendimiento con Cambiemos que a pelear por lo suyo.
Cita en jueves, ¿última oportunidad?
Según adelanta la gacetilla difundida por el ministerio del Interior, el debate de este jueves, en el que esperan a todos los ministros de Economía provinciales, sería la última ocasión en que se los escuche antes de enviar al Congreso el proyecto de Presupuesto 2019. Allí estará, exponiendo lo suyo, el funcionario fueguino José Labroca, en el meollo de una reunión de máxima relevancia para la política nacional.
Pese a la intimación, los gobernadores creen que en esta definitoria discusión técnica podrían obtener mejores resultados que en las anteriores. De hecho, se asegura que los funcionarios nacionales pasaron del despótico “estos temas no están en discusión” al compungido “estamos dispuestos a escucharlos”.
Una postura mucho menos intransigente, atravesada por el vendaval del jueves pasado cuando los mercados le advirtieron dolorosamente a Macri que la economía (y la confiabilidad) debe ser encarrillada en el plazo más breve posible. Pero a la crisis del dólar se debe agregar otra advertencia rotunda. Desde todos los sectores se le hizo saber al gobierno nacional que apretar por el lado del gasto social no es recomendable y menos en el contexto de crisis actual con la pobreza creciendo a valores inéditos en el país.
La propuesta provinciana
¿Cuál va a ser la propuesta entonces de los ministros provinciales este jueves? En rigor, Frigerio se llevó el martes una carpeta con ideas superadoras, y ha prometido dar una respuesta conciliadora en la jornada de mañana.
Es dable pensar que la propuesta pasa por exigirle al macrismo que renuncie a bajar el gasto social (incluidos el nivel de salarios familiares) y que apunte a los sectores más acomodados, buscando mejorar el ingreso y no tanto bajar el gasto. Y mucho menos apretar a los que menos tienen.
Es que, en el concierto de provincias, hay pocas que pueden decir como Rosana Bertone que se han esforzado en mantener un presupuesto moderadamente equilibrado, pero la situación de las clases más bajas desborda toda previsión en materia de ayuda social.
Así planteado, los ministros estarían resignados a que se reduzcan el fondo de la soja y los subsidios al transporte. Pero reclaman en compensación la suspensión de la baja de impuestos y la postergación de las promesas hechas al campo, uno de los sectores con más capacidad contributiva. Que se vuelva atrás con la rebaja de Ganancias a las grandes empresas, y por el contrario se vuelva a la histórica alícuota del 35 por ciento para grandes contribuyentes del impuesto (hoy oscila entre 30 y 33%).
Capitales sin repatriar
Los ministros provinciales propondrán, asimismo, un impuesto extra a aquéllos que blanquearon capitales con beneficios millonarios sin dejar de mantener sus capitales en el exterior.
Sabido es que en su momento se blanquearon 93.000 millones de dólares en capitales que están fuera del país. La propuesta es que se grave con un 1% a los que siguen afuera y se reduzca ese impuesto al 0,5% para los repatriados.
Obviamente, la propuesta de las provincias apunta a ajustar bien arriba en la escala social, algo que está en las antípodas de la política macrista. Pero el gobierno nacional sabe que está al borde del abismo y necesita con urgencia acordar con los gobernadores.
Para discutir lo político, es menester cerrar lo técnico. Aunque goza de poca prensa, la reunión de mañana jueves puede ser crucial para el futuro económico del país.
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