10 de cada 100 fueguinos viven por debajo de la línea de la pobreza, de acuerdo al último relevamiento difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Son en total 19613 personas que no recaudan el dinero suficiente cada mes como para poder afrontar la canasta básica. De este número, unas 3300 personas están incluso por debajo de la línea de pobreza en Tierra del Fuego.
Si bien la estadística publicada hoy por el organismo nacional no hace diferencias entre Ushuaia y Río Grande, sí permite comprobar que de 2016 a la fecha se incrementó en un importante porcentaje la cantidad de hogares pobres en nuestro distrito: pasó de 6.8% a 9.1%.
Los datos a nivel nacional
En 6 meses la pobreza aumentó del 25,7% al 27,3% de la población urbana. Son 11.150.000 pobres. De ese total, la indigencia creció del 4,8 al 4,9%, unos 100.000 indigentes más de acuerdo a los datos del INDEC.
Esto pasó por el deterioro de los ingresos de la gente, la mayor inflación y la menor ocupación, y se descuenta que marcará un incremento de ambos indicadores sociales claves.
Si se incluye la población rural, el total de pobres alcanzaría 12.500.000 personas.
La anterior medición del INDEC, del segundo semestre de 2017, arrojó una pobreza del 25,7%, equivalente a 10.400.000 pobres. En tanto, de esos totales, la indigencia fue del 4,8% y 1.900.000 indigentes.
La presidencia de Mauricio Macri arrancó con una pobreza del 32,2% en el segundo trimestre de 2016, para disminuir al 30,3% en el segundo semestre de ese año, al 28,6% en el primer semestre de 2017 y al 25,7% en la segunda mitad de ese año.
El INDEC no difundió datos anteriores “dado que, conforme a la emergencia estadística, el INDEC ha dispuesto que las series publicadas con posterioridad al primer trimestre de 2007 y hasta el cuarto trimestre de 2015, deben ser consideradas con reservas”.
Al abarcar la primera mitad de 2018, las cifras oficiales comprenden un primer trimestre positivo –con aumento de la actividad y el empleo- con un segundo donde cayó muy fuerte la producción más allá de la sequía, aumentó el desempleo, se disparó la inflación y hubo una caída muy fuerte de la ocupación y de los ingresos de los asalariados informales.
En consecuencia el aumento de la pobreza y la indigencia está amortiguado por los datos de principios de año.
Para la segunda mitad de este año se descuenta que la pobreza seguirá en aumento porque se espera una caída de la actividad de entre el 3 y 4% y un incremento de la inflación, con salarios y jubilaciones rezagados. Ese dato se conocerá recién en marzo de 2019.
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