El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, dijo esta mañana que «el primer deber del Estado es cuidar la vida de sus habitantes, los débiles, los pobres y los marginados», al encabezar el tradicional Tedeum por el aniversario de la Revolución de Mayo del que participa el presidente Mauricio Macri.
Durante su homilía, Marío Poli sostuvo que «hay que desconfiar de los logros instantáneo y recetas prometeicas». «Este pueblo que todo lo toleró sin perder la esperanza, confiando en la Justicia llegará», expresó.
En ese sentido aseguró que «los cambios sociales y culturales se dan en procesos que demandan tiempos que nos trascienden y se extienden más allá de los períodos de un gobierno y debemos desconfiar de los logros instantáneos».
«Si comenzamos hoy, dentro de 10, 15 o 20 años se verán los frutos; el tiempo no lo podemos someter pero sí continuar unidos por el bien común, y el deber del Estado es cuidar la vida» especialmente «de los pobres y marginados», destacó el cardenal en el Tedeum.
«Toda vida vale»
Al finalizar su discurso, el arzobispo de Buenos Aires nombró al Papa Francisco y se metió en el debate por el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que en los próximos días será discutido en el Congreso.
«La defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana», sostuvo Poli y agregó: «Toda vida vale y ante el bello e inefable don de la concepción, si la opción es por alguna de las dos vidas, apostamos a que vivan las dos. Para Dios no hay excluidos».
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