Lo que debía ser para decenas de fueguinos la concreción del sueño de la casa propia, se ha transformado en un verdadero dolor de cabeza para el grueso de los adjudicatarios del promocionado plan ProCreAr, que concretó la construcción un bloque de viviendas en calle 20 de Junio.
Es que los testimonios de vecinos que denuncian irregularidades en el otorgamiento de las viviendas se multiplican. Hay de todo: algunos sostienen que son forzados a realizar depósitos de dinero poco claros; otros que incluso fueron amenazados para otorgar sumas extraordinarias.
Por si fuera poco, a estas dificultades hay que agregar que en la ciudad de Río Grande el Banco Hipotecario, entidad financiera que guarda los ahorros y otorga los créditos, no tiene una sede, por lo que los vecinos se ven obligados a viajar a Ushuaia para realizar sus consultas.
Pero ni siquiera allí encuentran la paz. Es que el banco no dispuso una persona en particular para evacuar dudas respecto al programa ProCreAr, por lo que en todos los casos los vecinos de Río Grande deben dialogar con empleados de atención al cliente que poco saben respecto a cómo y bajo qué sistema se otorgan las viviendas.
De esta manera, las tan promocionadas viviendas de ProCreAr, que incluso merecieron la visita del ministro del interior Rogelio Frigerio (en plena campaña electoral), pasaron de ser una «solución habitacional» a un martirio para la mayoría.
De la frustración a la acción
Ante la falta de respuestas y como era de esperarse, no son pocos los «adjudicatarios» que ya comenzaron a realizar presentaciones ante las Oficinas de Defensa al Consumidor, ya que en algunos casos las irregularidades rozan la estafa y se presentan como una edición local del «cuento del tío».
Por ejemplo, hay beneficiarios que fueron forzados a pagar $30 mil, pero otros aseguran que debieron abonar más del doble. Para colmo de males, estos vecinos deben observar, con indignación, cómo hay otros riograndenses que ya habitan el complejo de viviendas montado en calle 20 de Junio.
El propio gobierno nacional admitió que en las provincias hay manejos poco claros con las adjudicaciones y se dispuso a controlar por vía directa el proceso. Pero el pase de la administración desde el Anses al Banco Hipotecario ha derivado (al menos en Río Grande) en una especie de agujero negro donde el que entra no sabe cómo ni cuándo va a salir.
Empiezan a pensar que, en realidad, lo único que va a suceder es que les van responder «seguí participando» y les devolverán su dinero, devaluado muchos meses después de que el Banco Hipotecario juegue con el.
Nadie responde
Junto a Frigerio, posaron para la foto y el afiche de campaña no pocos políticos y funcionarios de ocasión vernáculos que hoy debieran salir a dar explicaciones pero son los primeros en no atender el teléfono ante la requisitoria periodística.
La incertidumbre y la sensación de estar siendo estafados es la tónica común en los testimonios de la gente, de los que muy pocos medios (como éste) se han hecho eco. Es hora de que alguien responsable aparezca para terminar con la sospecha (o confirmarla).
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